Presentan Estrategia ⁠Seguridad Nacional gobierno Biden-Harris

Washington, D.C. La Casa Blanca. 14 de octubre 2022.- La Estrategia de Seguridad Nacional del presidente Biden describe cómo Estados Unidos se propone promover nuestros intereses fundamentales y contribuir a un mundo libre, abierto, próspero y seguro. Emplearemos todos los elementos de nuestro poder nacional con los que contamos para superar a nuestros competidores estratégicos, responder a los desafíos que tenemos en común y definir las condiciones.

La Estrategia se basa en nuestros intereses nacionales, a saber: proteger la seguridad del pueblo estadounidense, generar más oportunidades económicas y hacer realidad y defender los valores democráticos que son esenciales al estilo de vida estadounidense. En aras de dichos objetivos, nos proponemos hacer lo siguiente:

  • Invertir en las fuentes subyacentes y las herramientas del poder y la influencia estadounidenses;
  • Construir la coalición de naciones más sólida posible para potenciar nuestra capacidad de influencia colectiva a efectos de configurar el entorno estratégico global y resolver desafíos en común; y
  • Modernizar y fortalecer a nuestras fuerzas militares con el fin de prepararlas para la era de la competencia estratégica.

COOPERACIÓN EN LA ERA DE LA COMPETENCIA
En los primeros años de esta década decisiva, se establecerán las condiciones de la competencia geopolítica y, al mismo tiempo, se acotará la ventana de oportunidades para afrontar los desafíos compartidos. No podremos competir con éxito para configurar el orden internacional a menos que tengamos un plan proactivo para abordar los desafíos en común, y para eso debemos reconocer el modo en que una mayor competencia afecta la cooperación y actuar en consecuencia.

Competencia estratégica. El desafío estratégico más apremiante que enfrentamos en el objetivo de lograr un mundo libre, abierto, próspero y seguro, son los poderes que combinan la gestión autoritaria con una política exterior revisionista.

  • Nos proponemos competir de manera eficaz con la República Popular China, que representa el único competidor que tiene la intención y, cada vez más, la capacidad de redefinir el orden internacional, y al mismo tiempo contener a una Rusia peligrosa.
  • La competencia estratégica es global, pero no sucumbiremos a la tentación de ver al mundo únicamente desde una óptica competitiva, y nos proponemos interactuar con los países en sus propios términos.

Desafíos compartidos. Si bien esta competencia ya existe, en todo el mundo las personas enfrentan dificultades para lidiar con los efectos de desafíos compartidos que trascienden las fronteras de los países, como el cambio climático, la inseguridad alimentaria, las enfermedades transmisibles o la inflación. Estos retos compartidos no son cuestiones marginales que resulten secundarias a la geopolítica. Son absolutamente centrales a nuestra seguridad nacional e internacional y deben ser tratados como tales.

  • Estamos conformando la coalición más fuerte y extensa de naciones con el objeto de reforzar nuestra capacidad colectiva para superar estos desafíos y responder a las necesidades del pueblo estadounidense y de los demás pueblos del mundo.
  • Con el fin de incrementar la cooperación internacional en una época de competencia, adoptaremos un enfoque dual. Por un lado, trabajaremos con todos los países, incluidos nuestros competidores, que estén dispuestos a abordar de manera constructiva las dificultades compartidas dentro del orden internacional basado en normas y, al mismo tiempo, trabajaremos para fortalecer a las instituciones internacionales. Paralelamente a esto, vamos a profundizar la cooperación con las democracias que son centrales a nuestra coalición, y formaremos un entramado de relaciones fuertes, resilientes y mutuamente provechosas para demostrar que las democracias pueden responder a las necesidades de sus pueblos y del mundo.

INVERTIR EN EL PAÍS
El gobierno Biden-Harris ha desarticulado la línea divisoria entre política interior y exterior debido a que la fortaleza dentro de nuestro país y en el extranjero están inescindiblemente ligadas. Las dificultades de nuestra época, que van desde la competencia estratégica hasta el cambio climático, nos exigen hacer inversiones que perfeccionen nuestra ventaja competitiva y consoliden nuestra resiliencia.

  • Nuestra democracia es un aspecto central de quiénes somos e implica un proceso en constante desarrollo. Nuestro sistema de gobierno consagra el Estado de derecho y propugna que se protejan la igualdad y la dignidad de todas las personas. Al tiempo que nos esmeramos por estar a la altura de nuestros ideales, aceptar nuestras falencias y remediarlas, esperamos servir de inspiración para que otros en el mundo hagan lo mismo.
  • Estamos complementando el potencial innovador del sector privado con una estrategia industrial moderna que efectúa inversiones públicas estratégicas en nuestra fuerza laboral, sectores estratégicos y cadenas de suministro, particularmente en las tecnologías críticas y emergentes.
  • Un sector militar estadounidense poderoso contribuye a promover y preservar los intereses nacionales de EE. UU., apoyando la diplomacia, haciendo frente a las agresiones, disuadiendo los conflictos, proyectando fortaleza y protegiendo al pueblo estadounidense y sus intereses económicos. Estamos modernizando nuestras fuerzas militares, promoviendo tecnologías avanzadas e invirtiendo en nuestro personal de defensa para que Estados Unidos esté en mejores en condiciones de defender nuestra patria, nuestros aliados, socios e intereses en el extranjero, así como nuestros valores en el mundo.

NUESTRO LIDERAZGO PERMANENTE
Estados Unidos mantendrá su rol de liderazgo con determinación y fortaleza, potenciando nuestras ventajas nacionales y el poder de nuestras alianzas y asociaciones. Tenemos vasta experiencia transformando los desafíos en el país y el extranjero en oportunidades de promover reformas y renovaciones en nuestra nación. La idea de que debemos competir con grandes potencias autocráticas para configurar el orden internacional goza de amplio apoyo bipartidista en el país y cada vez se afianza más en el extranjero.

  • Nuestras alianzas y asociaciones en todo el mundo son nuestro activo estratégico más importante, que nos proponemos afianzar y modernizar en beneficio de nuestra seguridad nacional.
  • Consideramos prioritaria la extensión del tejido conectivo con respecto a tecnología y seguridad entre nuestros aliados y socios democráticos en el Indo Pacífico y Europa, dado que reconocemos que generan beneficios recíprocos y que los destinos de las dos regiones están entrelazados.
  • Estamos estableciendo nuevas disposiciones para profundizar las relaciones económicas con nuestros socios y estamos configurando las reglas para generar condiciones más equitativas y posibilitar que prosperen las empresas y los trabajadores de Estados Unidos, así como los de nuestros aliados y socios en el mundo.
  • Al afianzar nuestras asociaciones en todo el mundo, apostamos a que el futuro se configure con más democracia, y no menos. Sabemos que la autocracia es fundamentalmente frágil, mientras que la capacidad intrínseca de la democracia de corregir el rumbo de manera transparente favorece la resiliencia y el progreso.

INTERACCIÓN PROACTIVA
Estados Unidos es una potencia mundial con intereses globales y somos más fuertes en cada región como resultado de nuestra interacción con otros. Estamos impulsando una agenda proactiva para favorecer la paz y la seguridad y para promover la prosperidad en todas las regiones.

  • Como potencia del Indo Pacífico, Estados Unidos tiene un interés fundamental en lograr que la región tenga apertura, interconexión, prosperidad, seguridad y resiliencia. Nos planteamos metas ambiciosas porque sabemos que nosotros y nuestros aliados y socios tenemos una visión común para el futuro de la región.
  • Con una relación afianzada en valores democráticos compartidos, intereses en común y lazos históricos, el vínculo transatlántico es una plataforma vital sobre la cual se erigen muchos otros elementos de nuestra política exterior. Con el propósito de impulsar con eficacia una agenda global en común, estamos ampliando y profundizando el nexo transatlántico.
  • El impacto directo que el hemisferio occidental tiene en Estados Unidos es mayor al que ejerce cualquier otra región y, por tal motivo, insistiremos en reanudar y profundizar esas alianzas para impulsar la resiliencia económica, la estabilidad democrática y la seguridad ciudadana.
  • Una mayor integración en Medio Oriente que empodere a nuestros aliados y socios promoverá la paz y la prosperidad regionales y, al mismo tiempo, disminuirá la demanda de recursos que la región plantea a Estados Unidos en el largo plazo.
  • El dinamismo, la innovación y el crecimiento demográfico de África hacen que la región ocupe un lugar central en la respuesta a problemas globales complejos.