La caída de los precios del petróleo está nublando la única cosa a la que el gobierno de México se había aferrado en intentos de revitalizar una economía lenta – su histórica reforma energética.
El gobierno había estado planeando subastar 169 bloques petroleros y gasíferos del próximo año. Iba a ser una de las rondas de ofertas más ambiciosas de la industria en un país cuyo sector había estado cerrado a la inversión privada por casi 80 años, y donde la producción está en su nivel más bajo en dos décadas.
Pero la caída del precio del petróleo ha sosegado lo que un ejecutivo llamó el «emocionante y loco entorno de licitación» que México había estado esperando, desconcertando a un gobierno dependiente de los ingresos del petróleo para un tercio de su presupuesto. Los funcionarios están apresuradamente eliminando el esquisto y otros campos que podrían ahora ser poco atractivos para los oferentes. Se espera que los tan esperados términos iniciales de ofertas sean publicados el miércoles.
«Creemos que seguimos siendo muy competitivos», dijo el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell. Sin embargo, las compañías petroleras con presupuestos limitados probablemente serán más selectivas sobre lo que van a ofrecer y podrían recortar sus ofertas, presionando al gobierno a endulzar los términos.
La reforma energética – que el gobierno espera traerá más de $50 mil millones para 2018 – es la esencia de los planes del presidente Enrique Peña Nieto para modernizar México. Después de un crecimiento este año de sólo un poco más del 2%, un fracaso en las rondas de licitación no es una opción.
México se ha cubierto contra la baja en precios el próximo año a través de su cobertura anual de petróleo, pero si la inversión no es la esperada, podría tener que recortar el gasto en 2016. Ésa es una perspectiva difícil en un momento en que el gobierno – bajo ataque por su manejo de la desaparición de 43 estudiantes hace dos meses, un controvertido fallo en una licitación para un tren de alta velocidad, y un escándalo de conflicto de interés – se ha comprometido a una reforma policial costosa y a un extenso programa de infraestructura.
Los inversores están instando al gobierno, que ha ganado elogios por su manejo de la reforma hasta la fecha, a no perder su ímpetu.
«No se puede cambiar el menú de un restaurante porque a uno o dos de sus clientes no les gusta el pollo», dijo el jefe de una empresa de energía que se prepara para «una oferta grande» en la primera ronda de México.
«Ésta es la primera vez que México está haciendo una ronda de licitación, y viene de una base de la falta de confianza en la industria internacional del petróleo y el gas, ya que han estado tratando de hacer esta reforma durante tanto tiempo», agregó. «Un retraso sería muy perjudicial».
No obstante, «sí, los precios del petróleo son importantes», dijo el primer ejecutivo, el gerente de país para México de una empresa estadounidense. «Ciertamente podemos producir petróleo en aguas poco profundas de manera rentable a $60 por barril. También podemos producir petróleo en aguas profundas a $60 por barril. Pero hay menos capital discrecional para invertir en pozos de exploración de riesgo en aguas profundas que cuestan $100 millones cada uno».
Y agregó: «Si una empresa tiene un presupuesto de exploración de $500 millones en 2012, podría sólo tener un presupuesto de exploración de $250 millones en 2016, debido al menor flujo de efectivo y compromisos de capital existentes. Eso apretará el capital disponible para la inversión en México».