MIAMI.- La cara rayada de una cebra africana mira desde la pared de una popular esquina de Allapattah. Rodeada con flores y pájaros nativos de la República Dominicana, el país de origen de un gran porcentaje de la gente de ese vecindario de Miami, la cebra es parte de un mural creado recientemente en el área.
“No te dejes engañar, es una cebra dominicana… llamémosle una ‘debra’ ”, bromeó Ariel Cruz, el artista de origen dominicano que pintó el mural en la avenida 17 del noroeste y la calle 36.
Con la intención de conectar la cultura del área con el potencial de crecimiento económico, el mural “La Bella Esquina” es una faceta del proyecto de embellecimiento del barrio, y producto de la colaboración entre la Dominican American National Foundation (DANF) y la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Miami.
DANF, una organización sin fines de lucro que ofrece servicios sociales en la comunidad de Allapattah, trabajó con un grupo de profesores y estudiantes de la Escuela de Arquitectura para explorar las posibilidades de desarrollo del vecindario.
Bajo el liderazgo de Chuck Bohl, profesor de la universidad y coordinador del proyecto, el grupo analizó el potencial para la rehabilitación de viejos edificios vacíos, y las maneras de crear un ambiente más vibrante.
De acuerdo con Bohl, la intención del plan de acción que su grupo desarrolló es promover la identidad dominicana del vecindario.
“Fue un esfuerzo local para ‘marcar’ la comunidad local como Pequeño Santo Domingo”, dijo.
Rudy Duthil, dominicanoamericano y miembro de la junta ejecutiva de DANF, dijo que “la infusión de arte, cultura, y recursos” es la manera en que Allapattah podrá generar crecimiento económico.
El mural fue uno de los primeros pasos.
“Cuando la gente veía lo que estábamos haciendo con el mural, el comentario que mas escuchábamos era ‘finalmente alguien está haciendo algo en este barrio’ ”, señaló Duthil.
La historia
Allapattah –nombre de origen indígena que significa ‘caimán’– era una región agrícola durante la primera mitad del siglo veinte, que luego se convirtió en un barrio obrero, pero con poca inversión de parte de los empresarios, contó Paul George, historiador y profesor de Miami-Dade College.
George dice que la identidad del área como un enclave dominicano ha sido un fenómeno de los últimos 25 años, cuando muchos vinieron de Nueva York. Aunque ahora hay también un gran porcentaje de centroamericanos en el barrio, una señal fuerte de la identidad de la comunidad fue el nombramiento de un parque y de la calle 17, una arteria principal del barrio, como Juan Pablo Duarte, padre de la independencia de la República Dominicana.
Tanto George como Ana Francisco, una antigua residente del vecindario, dijeron que el clima y el idioma fueron los factores principales que provocaron el influjo de dominicanos a Allapattah.
“Estaban buscando una zona donde pudieran tener el calor y también el idioma similar a su país”, dijo Francisco, una miembro fundadora de DANF, quien se mudó a Allapattah desde la República Dominicana en 1974. “Queríamos identificarnos con nuestra cultura”.
De acuerdo con datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, en el 2010 había más de 57,000 dominicanos en Miami-Dade, y Allapattah es considerado el centro histórico de la inmigración dominicana.
“En menos que 20 años hemos logrado mucho”, declaró Johnny Matthews, un empresario dominicano en Allapattah que se mudó al área en 1979. “Eramos como un signo de interrogación, pero ahora somos una declaración”.
Pero la comunidad todavía necesita más trabajo y atención, opinó Francisco. Aunque ella se mudó del vecindario hace años en busca de mejores escuelas para sus hijos, todavía trabaja con la organización para “tratar de sacar a la comunidad adelante y tratar de ayudar a los niños”.
Francisco dijo que al igual que ella muchas familias dominicanas han salido del barrio, en búsqueda de mejores oportunidades. Según información de la Ciudad de Miami, en Allapattah la mediana de ingreso en el hogar para el 2013 era $19,141, más bajo que el ingreso medio de Miami. El comisionado del distrito Wifredo “Willy” Gort atribuye la inactividad económica en años recientes a la falta de inversión en el desarrollo del barrio.
“El área ha sido ignorada por mucho tiempo”, dijo Gort, quien ha trabajado con varias organizaciones para el embellecimiento de Allapattah.
El desafío
Por eso, el desarrollo económico del barrio es una de las metas principales de DANF.
Pero para Mileyka Burgos, presidente de DANF, la falta de atención ha sido en cierta forma beneficiosa, ya que uno de sus mayores temores es el aburguesamiento de Allapattah.
“Odiaríamos que Allapattah se convirtiera en otro barrio opulento de Miami”, dijo Burgos.
El término aburguesamiento, un proceso de cambio socioeconómico que en inglés es conocido como gentrification, se refiere al desarrollo de un barrio con el objetivo de crear actividad económica. Usualmente se inicia con inversiones de agentes inmobiliarios, pero muchas veces causa el desplazamiento de gente de bajos recursos.
Por eso, Burgos piensa que el desarrollo paulatino, basado en el mantenimiento de la cultura dominicana, sería la mejor manera para desarrollar Allapattah.
“Nuestra visión es ver a Allapattah como un lugar donde viven familias de ingresos medios, empresarios jóvenes y también familias de bajos ingresos”, dijo Burgos. “Donde podemos tener una mezcla de gente que realmente representa lo que es la cultura de Miami, y lo que es la cultura dominicana”.
Los líderes de DANF imaginan un ambiente similar a La Pequeña Habana, pero les preocupa que los pasos necesarios para lograr ese tipo de ambiente más vibrante y más lucrativo para la gente de la comunidad, pueda atraer la atención de promotores de bienes raíces que solo buscan crear viviendas lujosas.
“Este es un miedo bastante justificado”, opinó George, quien sin embargo piensa que todavía es posible evitar esa posibilidad.
“Hemos visto lo que han hecho visionarios en otros barrios. Pero también hemos visto lo que pasó en el Pequeño Haití, que se desarrolló en una escala más pequeña y ha mantenido su identidad cultural”, señaló George. “No hay ninguna razón por la que Allapattah no pueda hacer lo mismo”.
Fuente: EL NUEVO HERALD