Orígenes económicos y políticos de la diáspora

El termino «diáspora», según la enciclopedia libre (Wikipedia), se refiere a la dispersión de grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar de procedencia originaria y que se encuentran repartidos por el mundo.

En el presente, el vocablo «diáspora» es utilizado para identificar a los nacionales de un país que han emigrado y residen fuera de su territorio, es decir en otro Estado o nación.

El fenómeno de las diásporas, viene desde tiempos inmemorables; por ejemplo, en el viejo testamento, específicamente, en el libro de Éxodo podernos encontrar y leer las vicisitudes del pueblo Hebreo para llegar a la Tierra Prometida, luego de trabajar bajo el yugo egipcio, este libro es una de las primeras evidencias históricas completas de las diásporas.

A lo largo de los años, los procesos y flujos migratorios han tenido sus altas y bajas, por ejemplo, antes de La Primera Guerra Mundial, el flujo comercial y migratorio era muy activo, a tal punto que en La Argentina más de la mitad de su población era de origen extranjero (Europeo), pero luego de La Primera Guerra Mundial, en Francia 1918 se firma el Pacto de Versalles, y el triunfo de la Revolución Rusa (1917), la mayoría de los países iniciaron un proceso de protección de sus mercados y de sus fronteras; lo que hace descender el flujo migratorio y el comercio internacional.

Luego de La Segunda Guerra Mundial (1944), con la creación de las Naciones Unidas, se crea entre los Estados el GATT («The General Agrement on Trade and Tariff), con el objetivo de que de paso a la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC). También, llegan los avances de la tecnología de las comunicaciones; pero el triunfo del libre mercado altera en forma radical el comercio internacional y con ello la migración de los seres humanos y el concepto de «Estado nación» de los siglos XVIII, XIX, XX.

Según cifras de las Naciones Unidas en el 2005 el número de migrantes a nivel mundial alcanzó los 191 millones; Europa acogió el 34% del total de migrantes; América del Norte, el 23%; Asia, el 28%; Sólo el 9% vivía en África; el 3% en América Latina y el Caribe, y otro 3% en Oceanía.

En el caso de la Republica Dominicana, país que cuenta con una diáspora que supera los 1.5 millones de personas, con un PIB que ronda los 40,000 millones de dólares, sus orígenes económicos son el resultado del posicionamiento de los Estados Unidos en el mundo como proyecto de potencia mundial, luego de las Guerras mundiales, y sobre todo, luego de la década dorada de la economía Norte Americana, que obtuvo un PIB mayor de un 5% por mas de 7 años consecutivos, y una baja tasa de fertilidad en la década de los 60.

Producto de lo anterior, en USA se vieron en la necesidad de modificar por ley, The Immigration Act del siglo XIX, y XX, para traer trabajadores de todo el mundo, incluyendo de la Republica Dominicana; acompañados de una nueva reorganización política en los países latinos americanos que pudiera alinearse con el proceso de desarrollo capitalista norte americano, lo cual vino con el proceso de la eliminación de los gobiernos tiranos del área.

Entonces, el origen político de la migración dominicana la podemos encontrar luego de las décadas del 1960 y del 1970, cuando con la influencia de USA termina la tiranía de 30 años de Trujillo en 1961 y gana Juan Bosch en 1963, luego estalla la revolución del año 1965 y asume la presidencia Joaquín Balaguer en 1966, entonces se abren las fronteras del país y el triunfo del PRD (1978)

En la década de los 90, el proceso de globalización mundial, el fortalecimiento del triunfo del libre mercado, la caída del muro del Berlín, la transformación del mundo bipolar en unipolar produjo una nueva oleada migratoria, la cual en el caso de nuestro país fue muy fuerte debido a que vino con una crisis económica que nos afecta en la década del 1990, y las décadas sud siguientes, la diáspora dominicana aumenta de manera exorbitante en su cantidad y calidad, debido a que grandes masas se vieron en la necesidad de emigrar, no solamente obreros, sino también cuadros profesionales de todas las áreas con niveles de instrucción aceptables.

La acumulación de los acontecimientos anteriores ha parido de una manera natural la prestigiosa y diversificada diáspora dominicana del exterior. Ante esta realidad, el Estado dominicano no ha trazado, ni elaborado ninguna política, ni estrategia de Estado para con su diáspora, lo cual es un triste y caro error; ya que esta en un futuro no muy lejano, nuestra diáspora tenderá ha crecer en cantidad, en productividad, y en calidad.

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