Por Félix Santana García
Es motivo de preocupación la tendencia que acusa el proceso de endeudamiento de la República Dominicana ya que éste es el producto de la falta de estabilidad financiera ocasionada por el exceso de gastos sobre los ingresos captados a través de impuestos directos e indirectos, entre otros recursos, que recibe el Gobierno Central para financiar sus operaciones e inversiones.
Es tan inquietante el endeudamiento público que en los primeros ocho meses del presente año la deuda del Sector Público no Financiero (SPNF) creció US$2,179 millones, en promedio US$272.4 millones por mes, llevando el monto de la deuda a escalar a US$28,937.5 millones o el 39% del Producto Interno Bruto (PIB) al mes de agosto del año 2017 y, de dicho monto el 40%, u US$11,575 millones corresponden a la emisión de bonos soberanos.
Del señalado monto total de la deuda del SPNF, US$18,912.1 millones corresponden a compromisos externos y el resto US$10,025.4 millones a obligaciones ante la banca local al mes de agosto del año que discurre.
La deuda pública consolidada se estima que sobrepasa ya el 49.6% del PIB lo que coloca al país en la antesala de una insostenibilidad fiscal o riesgo financiero que le imposibilitaría hacer frente a los compromisos nacionales e internacionales.
Independientemente de a quienes se les debe o quienes sean los acreedores, el Proyecto del Presupuesto General del Estado 2018 presenta una estimación de fuentes de financiamiento por US$4,259.1 millones de los que el 67.2% llegarán por endeudamiento externo (bonos globales, multilaterales y bilaterales) en tanto el 37.8% será por deuda emitida y comprometida el mercado local.
Otras preocupaciones son las de que el 26.2% del ingreso total, provendrán de nuevos compromisos financieros o deuda y más de la mitad de las erogaciones o gastos serán para pagar gastos de consumo y compromisos de deuda.
Es decir, que hombres y mujeres del país laboran arduamente para cubrir gastos operacionales y pagos de deuda y no para realizar inversiones de capital, lo que condenaría a la nación dominicana a experimentar un atraso abismal respecto a otras naciones en el orden de nuevas inversiones a largo plazo.
Un país, una empresa, una familia o individuo se endeudan motivados en alcanzar mayores niveles de desarrollo y crecimiento económico y social o cuando estos necesitan cubrir un faltante o déficit, siendo este último caso el más pernicioso ya que el dinero prestado se destina a cubrir gastos operacionales u honrar deudas y no para ser invertido en activos a largo plazo generadores de nuevos empleos, aumentar la demanda y por supuesto incremento en la producción.
Para el año 2018 se estima que los ingresos rondarán los RD$601,241.82 millones mientras los gastos o erogaciones ascenderán a RD$689,886.2 millones de los cuales RD$262,204.83 millones se esfumarán en gastos de consumo, en transferencias corrientes RD$152,378.9 millones y en gastos de la propiedad RD$134,663.7 millones.
Pero en el renglón presupuestal que más dinero se desembolsará será en el pago de unos RD$126,679.1 millones para cancelar los compromisos derivados del endeudamiento asumidos durante los últimos años por parte del Estado Dominicano.
De manera que el déficit que presenta el Presupuesto General del Estado para el 2018 será de unos RD$86,999.1 millones, lo que representa un faltante financiero de un 2.2% del PIB.
Y algo más preocupante es que si se formulan presupuestos, se ejecutan pero no se le aplica una verdadera evaluación que permita conocer donde se encuentran sus debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas (FODA) y se corrigen cualesquiera irregularidades que colocarían al país en una situación financiera difícil, entonces para que elaborar y ejecutar presupuestos anuales y plurianuales.
Por lo visto en la nación dominicana se formulan y se ejecutan presupuestos generales del Estado sin que se conozcan las reales debilidades u obstáculos que impiden su desarrollo y crecimiento económicos.
No es solo formular y ejecutar presupuestos sino también controlarlos y evaluarlos a los fines de que cumplan con los objetivos, metas, visión, misión y estrategias correspondientes pues de lo contrario lo que se está haciendo es disponiendo de un presupuesto por decir que se llevan presupuestos.
Si el motivo para el cual el Gobierno Dominicano se endeuda con frecuencia, para cubrir gastos superfluos, pagar deudas y resolver unos que otros inconvenientes que afectarían la presupuestación en sentido general no se justifica que la nación dominicana siga endeudándose para esos fines.
Y Ante esta situación se puede asegurar que si las autoridades de la nación dominicana continúan formulando presupuestos que solo registran entras, salidas de efectivos y financiamientos sin importar que se hayan cumplido las metas, objetivos, misión y visión del país, entonces se estarían elaborando presupuestos para honrar solo el mandato que establece la constitución y la Ley Orgánica de Presupuestos NO 423-06, que es la de formular solo en teoría una herramienta que permita el desarrollo económico y social, por lo que de nada serviría dedicar tanto tiempo y dinero en la elaboración del mismo si sus costos son mayores que sus beneficios.