Las palabras del Emperador
Habiendo ascendido previamente al Trono Imperial de acuerdo con la Constitución de Japón y la Ley de Medidas Especiales para la Ley de la Casa Imperial, hoy ejecuto la ceremonia de entronización y proclamo mi ascensión al trono a las personas de mi país y del extranjero.
Reflexiono de nuevo profundamente sobre cómo durante más de 30 años en el trono, su Majestad el Emperador Emérito rezó constantemente por la felicidad de su pueblo y la paz mundial, compartiendo siempre las alegrías y las tristezas del pueblo, y mostrando compasión a través de su propia manera de proceder. Prometo por lo tanto que actuaré de acuerdo con la Constitución y cumpliré mi responsabilidad como símbolo del Estado y de la unidad del pueblo japonés, deseando siempre al mismo tiempo la felicidad de este y la paz en el mundo, dedicando mis pensamientos al pueblo y estando junto a él.
Espero sinceramente que nuestro país, a través de la sabiduría de su gente y sus incansables esfuerzos, continúe desarrollándose y contribuyendo a la amistad y la paz de la comunidad internacional, y el bienestar y la prosperidad de la humanidad.