Los gastos bancarios que se avecinan en los próximos meses

Las nuevas condiciones que están implementándose en los bancos acaban suponiendo un desembolso anual de cientos de euros para los clientes.

Mantenimiento de cuentas, comisiones de servicio, transferencias que ahora cuestan dinero o incluso las cuotas de las tarjetas van a comenzar a imponerse en la mayoría de las entidades bancarias.

De hecho, está comenzando una corriente social que busca conseguir abaratar estos costes para ahorrar gastos en una suerte de Money Challenges que aconsejan, entre otras cosas, revisar las condiciones bancarias para conseguir rascar esos euros de más.

No en vano, entre las búsquedas más habituales, por ejemplo, en los principales buscadores se encuentran frases como anular tarjetas la Caixa, evitar comisiones bancarias o nuevas comisiones Caixabank.

¿Cuáles son las principales comisiones que se generan en este tipo de servicio?

La fusión entre Bankia y La Caixa está trayendo mucho titular por las previsibles condiciones que se impondrán en el nuevo banco y que afectarán a miles de clientes de una y otra.

Tanto es así que se habla de clientes que, sin vinculación más allá de una cuenta corriente, tendrían que pagar hasta 236 euros anuales por mantener dicho servicio en activo.

Para las tarjetas de débito, se habla de una cuota anual de casi 36 euros, lo que está llevando a muchos clientes de La Caixa anular tarjeta débito ante la inminente comisión que se aventura comenzaría en primavera con el funcionamiento de uno de los bancos con más capital invertido de nuestro país tras la fusión.

De hecho, para el resto de tarjetas adicionales, se espera que la cuota se establezca entre los 20-23 euros.

Son muchos los clientes que ya están informándose para dar de baja tarjeta la Caixa o de Bankia si no es la que usen de forma habitual. Durante años, las entidades ofrecían este tipo de tarjetas a coste cero para sus clientes en busca de esa fórmula de gasto crediticio mensual que, en caso de haber incrementado lo esperado, podrían incluso financiarlo en varios meses” explican algunos economistas vinculados con el sector de la banca.

Sin duda, el hecho de tener domiciliada la nómina, contratado algún tipo de préstamo hipotecario o de consumo o incluso seguros de vida o de vivienda, domiciliar los recibos de los principales servicios energéticos o realizar gastos con la tarjeta de forma habitual podría rebajar esto lo suficiente para que el cliente no se plantee un cambio de entidad.

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