Aunque estamos a pocos días de las elecciones, el tema de la reforma fiscal ha saltado al tapete. El Presidente Medina, que busca su reelección, no ha evadido tocar el tema.
La reforma fiscal va… y pronto.
A una reforma fiscal se le deben pedir muchas cosas. Que traiga equidad, que mejore la calidad del gasto y que el sistema tributario no sea un obstáculo para el crecimiento, son los requisitos principales.
República Dominicana no es un modelo de equidad. En nuestro país de cada RD$100 que recauda el Estado, RD$63 los pagan los consumidores.
Como se observa en el gráfico, el impuesto al consumo como porcentaje de los ingresos tributarios totales en nuestro país es el más alto de toda América Latina, con excepción de Bolivia, y está muy por encima de la media Latinoamericana. En promedio, los latinoamericanos financian sus presupuestos con un 49% proveniente de impuestos al consumo y un 51% de otros impuestos (que incluyen impuestos a los ingresos y al patrimonio).
Si la reforma fiscal va a ser equitativa, deberá llevar a que las rentas y el patrimonio aporten más, proporcionalmente, de lo que lo están haciendo ahora.
La tasa de ISR ya es alta. El reto, por tanto, es grande.