Por Félix Santana García
Hoy en día hay casos en los que muchos gobernantes escenifican hechos deshonrosos que llaman mucho la atención cuando estos actúan contrario a lo que establecen los preceptos morales o reglas de buena conducta hacia los gobernados, empleados, comunidad y relacionados.
Esta forma de actuar se ha convertido en práctica tan común que supera hasta la capacidad de sorprenderse por actos que riñen las buenas costumbres de convivencia pacífica y ordenada entre las personas.
No obstante, la educación que se recibe en los hogares cuando estos no han entrado en crisis y la que se aprende en las aulas de estudios cuando se tienen buenos educadores hay seres humanos de mala voluntad que seleccionan actuar contrario a las buenas conductas o reglas preestablecidas para interactuar en sociedad.
Se observa y se condena la mala práctica que un ser humano quiere imponer como buena y válida cuando estas contravienen las normas de moral.
En diferentes áreas donde el ser humano se desenvuelve se advierte como actúa en casos específicos alejado de lo que establecen los principios morales preestablecidos pero aún más este se distancia de lo que establecen las religiones, pues muchos hombres ya no temen a Dios cuando se actúa de manera incorrecta.
Anteriormente, la creencia ciega y el respeto a un Ser Superior al humano o a un Ser Sobrenatural llamado Dios frenaba de manera general las malas actuaciones, pués cuando se actuaba contrario a los mandamientos que conforme la biblia o libro sagrado escrito por los discípulos de mayor confianza de Jesús o hijo de Dios el hombre sentía un gran temor al saberse que Dios Todopoderoso le tomaría en cuenta o le castigaría por las malas actuaciones después de la vida, al pasar a un lugar transitorio o purgatorio o directamente al infierno.
Pero ni las leyes elaboradas por los hombres ni los mandamientos religiosos se respetan y el hombre actúa medalaganariamente sin importarles las consecuencias que dichas acciones podrían acarrearles ante el Dios Todopoderoso.
El diccionario Webster define la palabra ética como las normas de conducta o de comportamiento moral. La ética de los negocios puede concebirse como la actitud y la conducta sana de una empresa hacia todos sus relacionados. Las altas normas del comportamiento ético exigen que los gobiernos y las empresas traten a todos sus interlocutores de una manera justa y honesta.
El compromiso de las empresas y los gobiernos con la ética puede medirse por sus tendencias y la de sus integrantes a adherirse a las leyes y a las regulaciones relacionadas con factores tales como: la seguridad y la calidad del servicio tanto público como privado, las prácticas justas, equitativas, el uso de información confidencial para el progreso personal, la participación de la comunidad, los sobornos y los pagos ilegales nacionales e internacionales.
Son muchas empresas y gobiernos que han sido enjuiciados en el transcurso de la vida por el hecho de haber observado un comportamiento no ético o por haber usado ilegalmente los medios que estos tienen a su alcancen y en su propio beneficio, información confidencial sobre alguna ley, resolución o dispositivo que vaya a aplicarse y que esta pueda favorecer a un determinado sector económico de la nación.
Hoy se gobierna un país pensando solo en los beneficios que del cargo a ejercer se puede obtener sin pensar para nada en servir al prójimo o a una comunidad que le ha privilegiado al seleccionarlo como su representante en los cargos que los funcionarios desempeñan.
A pesar de las normas, reglas, leyes, cánones, resoluciones, decretos, disposiciones que tienen como fin pautar las actuaciones del hombre en una sociedad civilizada, estas continuamente se violan, no obstante que la mayoría este de acuerdo en que deben respetarse y aplicarse de manera rigurosa.
Muchos profesionales y personas comunes de la sociedad dominicana y otros países buscan brillar en la sociedad por la buena o por la mala. Cuando perciben que el tiempo se le agota y no han logrado lo que creían poder alcanzar mediante su formación académica entonces buscan descollar a como dé lugar sin importar las consecuencias negativas que pueda acarrearles el actuar de forma deshonrosa.
Hoy se conocen los casos de sobornos e impunidad de las malas actuaciones de la empresa brasileña Odebrecht que con el propósito de agenciarse buenos contratos de obras entregaban dinero a cambio de que se le adjudicaran pingues contratos sobrevaluados afectando con ello al fisco de un país ya que se llegaba al extremo de concedérsele a dicha empresa exoneraciones impositivas.
Hoy muchos políticos y hombres de negocios son señalados como corruptos por haber actuado en contra de la ética, la moral y las buenas costumbres de un país. La prensa actual trae informaciones sobre casos de corrupción de los expresidentes: Cristina Fernández de Chirchner, José Inacio Lula Da silva, Dilma Rousseff, entre otros, por haber influido para que se manipularan las tasas de cambio respecto al dólar, se otorgaran sobornos, por haber manejado el presupuesto de sus países al margen de las leyes, entre otros fraudes de Estado.
En la actualidad la República Dominicana también está siendo sacudida por los escándalos de corrupción en las administraciones del Partido de la Liberación Dominicana que han aflorado a raíz de los casos de las compras de los aviones Tucanos, la construcción de las plantas de Punta Catalina y la adjudicación de contratos amañados a favor de la empresa constructora brasileña Odebrecht.
Muchos empresarios y políticos consideran firmemente que existe una correlación positiva entre la ética y la rentabilidad de una gestión a lo largo del tiempo porque el comportamiento ético: 1) evita multas y gastos legales y propicia confianza pública.
También atraen operaciones de negocios provenientes de inversionistas locales e internacionales que aprecian las buenas prácticas en los negocios; atraen y mantienen empleados y clientes de mayor nivel y apoya la viabilidad económica de las comunidades.
Si no se vuelve al respeto de las leyes, las buenas costumbres, las normas éticas y morales, la República Dominicana y los países señalados como corruptos patológicos estarían trillando un sendero tortuoso donde imperará siempre la ley del más vivo, de la inseguridad, delincuencia al grado sumo, del que tenga más dinero o del más fuerte o simplemente donde prevalezca la ley de la selva y la ley de sálvese quien pueda.
Todavía se está a tiempo para volver a los principios morales y éticos siempre que desde arriba o desde las autoridades nacionales emane la buena voluntad de hacer respetar las leyes que ellos mismos han promulgado de lo contrario la nación dominicana está perdida y la que pronto será inhabitable.
De manera que debe imprimirse de nuevo la ética en el manejo de la cosa pública y así tener finanzas saneadas, transparentes y dignas de ser confiadas a las autoridades de turno.