Por Félix Santana García
Los lectores asiduos de las informaciones económicas que cotidianamente aparecen en todos los medios de comunicación y que tal vez no dominan la literatura financiera y económica podrán preguntarse ¿el tratar el tema de la deuda pública de manera recurrente puede ser una necedad de algunos?
Esto así, ya que muchos se darían la respuesta de que no obstante a los diferentes compromisos de deuda pública que mantiene la nación dominicana, el país no ha desaparecido de la faz de la tierra.
Podría pensarse de esta forma pero la realidad es que tarde o temprano el dinero ajeno tomado en préstamo hay que pagarlo bajo las condiciones que previamente se contrató y debido a las percepciones y consecuencias negativas que se generan en los mercados financieros internacionales acerca de una nación altamente endeudada y con acentuado riesgo de caer en incumplimiento o fefaút en pago de sus obligaciones.
Es decir, consecuencias que irían desde el no acceso futuro a esos mercados financieros cuando se requiera de dinero fresco, la inestabilidad financiera que esto podría acarear en el sistema financiero internacional debido al desequilibrio que surgiría entre las naciones deudoras y acreedoras y por el hecho de que muchos inversionistas nacionales e internacionales dejarían de creer en el país.
Esto así, ya que el éxito de las finanzas se sustenta en la confianza y credibilidad en las operaciones o transacciones que se realizan una vez que demandantes y oferentes de recursos financieros llevan a efecto sus operaciones bajo el criterio del cumplimiento y la responsabilidad, para evitar el engaño o la estafa.
El tema de la deuda pública vuelve al tapete de nuevo ya que a pesar de que se ha hablado hasta la saciedad sobre el mismo al extremo de que hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llamado la atención al gobierno para que reduzca la gravedad o peso de dicho endeudamiento.
Las autoridades de turno no se inmutan ante tales compromisos u obligaciones con bancos nacionales e internacionales, organismos internacionales de financiamiento, deudas de gobierno a gobierno, con el público en general, deudas con proveedores nacionales e internacionales y con contratistas de obras.
Ya se comenta que el endeudamiento neto del sector público no financiero se colocó en un 46.8% en el primer trimestre del año al pasar de RD$34,222 millones en los primeros tres meses de 2016 hasta los RD$50,222.9 millones al cierre de igual periodo del presente año.
Y que en ese lapso, el monto por concepto de colocaciones de títulos y bonos en los mercados internos y externos se incrementó en 26.8% con respecto al año pasado, mientras que el monto destinado al pago de las amortizaciones de deuda registró una subida interanual de apenas 3.5%.
Financistas y economistas afirman que como estrategia de endeudamiento el gobierno dominicano en los dos últimos años ha emitido deuda de manera acelerada temiéndole a un alza de intereses en los mercados internacionales.
Esto debido a la recuperación económica que ha experimentado los Estados Unidos en cuanto a crecimiento económico, empleo, consumo y productividad, al Brexit y al resultado de las elecciones de Francia en el que el candidato de mayor auge el señor Emmanuel Macron aboga por una Europa más fuerte e independiente.
De manera que el hecho de tratar una y otra vez el tema del aumento indiscriminado de la deuda pública este no cae en falsa alarma ya que el mismo es sumamente preocupante más aun conociéndose las experiencias de endeudamiento de Puerto Rico.
Y lo que le ha costado a Grecia la irresponsabilidad de manejar su presupuesto y endeudamiento de forma olímpica, que aun tratando de recuperarse ya han pasado más de cuatro años y todavía siguen negociando con sus acreedores para ver si pueden salir de la situación de aislamiento financiero, de su poco o ningún crecimiento económico e insostenibilidad fiscal.
Si a nada de esto se le teme las autoridades de turno dominicanas deben pensar por lo menos en sus hijos y en el deterioro de sus finanzas personales ya que deuda es sinónimo de impuestos que tarde o temprano tendrán de pagarse al fisco si no es que de alguna forma los evaden, si es que no les interesa la situación macro del país.
Póngasele coto al galopante endeudamiento público ya que con ello todos los dominicanos se beneficiaran.