SAO PAULO.- Unos 2.500 inmigrantes viven bajo una «situación caótica» en un albergue público brasileño con capacidad para doscientas personas en Brasileia (Acre), en la frontera con Bolivia y Perú, según denunció la ONG Conectas Derechos Humanos.
El domingo, más de 700 haitianos, senegaleses y dominicanos en su mayoría, que entraron de forma irregular al país sudamericano, fueron evacuados en dos aviones fletados por el Gobierno brasileño tras permanecer varios días aislados en dicho centro de acogida, debido a la subida de un río cercano.
«La situación es caótica y las medidas de traslado son emergenciales», se quejó Camila Asano, una portavoz de la ONG que apuntó a que el albergue tiene capacidad para doscientas personas pero que en la actualidad recibe a 2.500 inmigrantes, aunque el estado de Acre solo confirmó la presencia de 1.500 de ellos.
Asimismo, otros 1.500 haitianos viven en Brasileia, ya fuera del albergue público, quienes llegaron a Acre tras atravesar República Dominicana, volar a Panamá y Ecuador y, por tierra, recorrer Perú para cruzar la frontera con Brasil.
La ONG lleva «semanas» pidiendo al Gobierno de Acre la remodelación del centro de acogida para poder dar «condiciones dignas» a los inmigrantes que abandonan sus países de origen en búsqueda de empleo y huyendo de la pobreza de sus ciudades.
«La última vez que nosotros estuvimos, ninguna mejoría había sido hecha pero las autoridades de Acre dicen que ahora tienen espacio para quinientas personas», continuó Asano, quien cuestionó dicha información porque el Gobierno regional «admite que no hicieron ninguna remodelación».
Bajo estas condiciones, las 2.500 personas que viven en el centro, duermen en «finas» colchonetas tiradas en el suelo, sin privacidad alguna ya que hombres y mujeres comparten las habitaciones sin ningún tipo de separación.
Asimismo, la forma «improvisada» en la que son acogidos, ha provocado que parte de la población de Brasileia, de unos 18.000 habitantes, «se sienta incómoda» ante la llegada de inmigrantes que ha colocado al municipio en los medios locales debido a esa situación.
«Acre es la entrada, existe ya una ruta consolidada y ellos saben que el albergue está allí, que encuentran una infraestructura gubernamental que les emite documento de identidad y permiso de trabajo, además de cama y comida», especificó Asano.