Por Adriano Espaillat:
El pasado miércoles los trabajadores del sector de la comida rápida se llevaron una merecida victoria.
Una Junta Salarial estatal, convocada por el Gobernador Andrew Cuomo, decidió eliminar los sueldos de miseria de esta gente laboriosa recomendando para ellos un aumento del salario mínimo a $15 por hora.
El incremento sería gradual durante los próximos tres años en la ciudad de Nueva York, y por seis años en el resto del estado.
Se aplicará a empleados de cualquier restaurante de comida rápida con al menos 30 locales, por lo que beneficiará a cerca de 200,000 trabajadores e impactará positivamente en la economía local y estatal.
Me siento orgulloso de haber respaldado desde el primer día la campaña del $15 por hora para estos trabajadores, la gran mayoría padres, madres, estudiantes que con el sueldo actual tienen que hacer malabares para mantener a sus familias y sus necesidades básicas.
Le hago un llamado al Gobernador Cuomo, para que apruebe cuanto antes este justo incremento salarial y así elevemos la calidad de vida de los miles de empleados del sector de la comida rápida.
No podemos seguir permitiendo que mientras las grandes corporaciones, propietarias de estas cadenas de comida rápida, ganan miles de millones de dólares, la mayoría de sus empleados, pese a trabajar tiempo completo, tengan que buscar asistencia pública para poder poner pan en la mesa, pagar el alquiler, sobrevivir en una economía tan demandante como la actual.
Es vergonzoso ver que los salarios que ofrecen estas franquicias a los trabajadores es tan bajo, que el 60% de ellos califica para recibir asistencia pública. En otras palabras, los contribuyentes están subsidiando a los empleados de bajos ingresos del sector de la comida rápida.
El mismo Gobernador Cuomo ha revelado que al estado le cuesta $700 millones al año subsidiar las ganancias de McDonald’s y Burger King.
El buen estado financiero de un negocio no puede sustentarse sobre la base de ofrecer empleos con salarios de miseria.
Implementar el $15 por hora dignifica a los trabajadores, dignifica al estado y dignifica la nación.