Santo Domingo, República Dominicana. El Banco Central de la República Dominicana (BCRD), en interés de mantener debidamente edificados a los agentes económicos y al público en general, considera oportuno presentar algunas puntualizaciones aclaratorias sobre el comportamiento reciente de la inflación, empleado la metodología convencional más utilizada por los organismos internacionales, académicos y los analistas financieros para el seguimiento de esta variable en los países que han adoptado un Esquema de Metas de Inflación (inflation targeting), como es el caso de República Dominicana y la mayoría de las economías de América Latina.
Desde hace una década, el BCRD adoptó un Esquema de Metas de Inflación (EMI), luego de un período de acompañamiento técnico por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de asesoría de expertos de los principales bancos centrales de la región, en el que se estableció el cumplimiento de la meta en función del resultado de la variación interanual del índice de precios al consumidor (IPC), es decir, en un período de doce meses. Cabe resaltar que el uso de la inflación interanual o anualizada se basa en las mejores prácticas de los países más avanzados con metas explícitas de inflación.
Una de las bondades más destacadas de este tipo de esquema de política monetaria es que permite anclar las expectativas de los agentes económicos e inversionistas en torno al objetivo de inflación del Banco Central, para crear certidumbre y contribuir a mantener un clima favorable de negocios y la estabilidad macroeconómica.
En este sentido, hacer un análisis del comportamiento de la inflación utilizando períodos superiores a los doce meses, para deliberadamente, por razones e intereses particulares, presentar al país en la coyuntura como uno de los de más alta inflación en la región, como el realizado recientemente por algunos colegas economistas y dirigentes políticos, resulta desafortunado y pudiese contribuir a alterar las expectativas de los agentes económicos sobre la evolución futura de los precios y afectar sus decisiones de gasto e inversión.
Una evaluación objetiva permite apreciar claramente que la coyuntura inflacionaria mundial de los últimos dos años es una secuela directa del impacto de la pandemia del COVID-19, que trajo consigo significativas disrupciones en las cadenas de producción y suministro, una notable alza en los precios de las materias primas o commodities, incluyendo el petróleo, así como incrementos importantes en el costo de los fletes marítimos y contenedores, que han sido más persistentes debido al conflicto militar entre Rusia-Ucrania, dos de los mayores productores de materias primas del mundo, y exacerbó el choque adverso de oferta agregada a nivel mundial.
Al realizar una comparación de la inflación interanual desde julio de 2021 a julio de 2022 en América Latina, que es el período adecuado para monitorear la inflación en los países, se observa que la inflación anualizada de República Dominicana se ubica por debajo de la mediana, lo que quiere decir que más de la mitad de los países de la región (10 del listado de 18) registran actualmente una variación anualizada del IPC superior a la de República Dominicana. Tales son los casos de Venezuela, con una inflación de 137.1%, Argentina (71.0%), Chile (13.1%), Costa Rica (11.5%), Nicaragua (11.5%), Paraguay (11.1%), Honduras (10.9%), Colombia (10.2%), Brasil (10.1%) y Uruguay (9.6%).
Cabe destacar que de los siete países con menor inflación a la doméstica, tres se encuentran dolarizados (Panamá, Ecuador y El Salvador), por lo que no serían comparables al no seguir un esquema de política monetaria independiente. De igual forma, en términos de inflación acumulada en enero-julio 2022, el país se coloca en la misma posición con respecto a los pares de Latinoamérica.
Nota: Las barras de inflación de Venezuela y Argentina se encuentran con la escala ajustada para fines de mejor ilustración.
Fuente: Institutos de Estadísticas y Bancos Centrales.
Nota: Las barras de inflación de Venezuela y Argentina se encuentran con la escala ajustada para fines de mejor ilustración.
Fuente: Institutos de Estadísticas y Bancos Centrales.
Asimismo, un dato revelador que algunos analistas políticos han tratado de obviar en su afán de desmeritar los esfuerzos realizados para estabilizar el comportamiento de los precios internos es que después de Uruguay y Guatemala, la República Dominicana es el país con la menor desviación con respecto al centro de su rango meta de inflación dentro de todos los que siguen este esquema de política monetaria en la región.
En ese sentido, con los datos mencionados de inflación al mes de julio de 2022, Chile exhibe una inflación 4.4 veces mayor a su meta, Perú 4.4 veces mayor a su meta, Costa Rica 3.8 veces mayor a su meta, Colombia 3.4 veces mayor a su meta, Brasil 2.9 veces mayor a su meta, Paraguay 2.8 veces mayor a su meta, México 2.7 veces mayor a su meta, Honduras 2.7 veces mayor a su meta, República Dominicana 2.4 veces mayor a su meta, Guatemala 2.1 veces mayor a su meta y Uruguay 1.9 veces mayor a su meta.
Fuente: Institutos de Estadísticas y Bancos Centrales.
De igual forma, para ilustrar el fenómeno inflacionario mundial que se registra en la actualidad, se destacan los casos de economías avanzadas como los Estados Unidos de América, principal socio comercial de la República Dominicana, con una inflación interanual al mes de julio 2022 que se ubicó en 8.5%, más de 4.3 veces superior a la meta promedio de 2% de la Reserva Federal a largo plazo. En adición, cabe mencionar los incrementos en los niveles de inflación interanual de Canadá 7.6% (3.8 veces mayor a su meta), la Zona euro 8.9% (4.4 veces mayor a su meta) y el Reino Unido 10.1% (5 veces mayor a su meta).
Como se puede apreciar, al realizar el análisis del comportamiento del índice de precios al consumidor en los últimos doce meses, se destaca que República Dominica no se encuentra entre las economías con mayores niveles de inflación de América Latina. De hecho, se ubica dentro de los tres países con menor desviación con respecto al centro de su rango meta del grupo de la región que han adoptado esquemas de metas de inflación.
Se espera que en los próximos meses la inflación doméstica mantenga una trayectoria a la baja, ya que las medidas de normalización monetaria, en conjunto con las iniciativas de subsidios puestas en marcha por el presidente de la República Luis Abinader para mitigar el ritmo de crecimiento de los precios internos, han comenzado a reflejar los resultados esperados. En efecto, la inflación ha comenzado a ceder luego de alcanzar un pico en abril del presente año.
Otro elemento que sin lugar a dudas facilitará la convergencia de la inflación al rango meta de 4% ±1% en el año 2023, es la evolución favorable de las actividades generadoras de divisas, la cual se ha traducido en una apreciación del peso de 7.9% acumulado en lo que ha transcurrido del año. En términos interanuales, la República Dominicana registró la mayor apreciación de su moneda en América Latina, para un 7.3% en los últimos doce meses, lo que ha contribuido a compensar parcialmente el impacto alcista del componente importado sobre los precios domésticos.
Finalmente, vale resaltar que ante esta coyuntura de presiones inflacionarias de origen externo, en la publicación del pasado mes de julio relacionada al informe de la Consulta del Artículo IV (staff report) para el país, el FMI destacó que la secuencia ordenada de políticas de respuesta ante el alza de la inflación ha sido adecuada, resaltando como esencial que las expectativas de los agentes económicos permanezcan ancladas para coadyuvar a la convergencia de la inflación interanual hacia la meta en el horizonte previsto. Por lo tanto, convendría ser cautelosos al emitir comentarios sobre una variable neurálgica para la efectividad de la política monetaria en un esquema de metas de inflación y el desenvolvimiento de la economía en general, de manera que no se afecte el clima de certidumbre y estabilidad.
Es importante destacar que la economía dominicana se encuentra en una buena posición para enfrentar un contexto mundial complejo, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y la robusta tendencia de crecimiento del PIB. En este sentido, el Banco Central se mantiene monitoreando de manera rigurosa la evolución de los factores externos e internos que están incidiendo sobre la trayectoria de la inflación, implementando medidas de manera oportuna y prudente ante factores que puedan poner en riesgo la estabilidad de precios.