Por: Lic. Félix Santana García / <[email protected]> Economista y Profesor Universitario / Para «El Mundo de los Negocios», «El Mundo de la Política», y demas Multimedios de The Ballester Business Group, Inc.
Para nadie es un secreto que a pesar de que a un año de haber aparecido en Wuhan, provincia de China y a once meses de visitar la República Dominicana el virus que se convirtió en la pandemia Covid-19 que hoy afecta a todo el mundo, la economía dominicana aún se mantiene en pie sin dar visos de ponerse de rodillas, al contrario se levanta como el ave Fénix que de las cenizas remonta su vuelo hacia su acostumbrado crecimiento promedio de un 5% del Producto Interno Bruto (PIB) equivalente al potencial de la economía dominicana.
Ese vuelo ascendente de la economía dominicana lento pero firme no es el resultado de una vara mágica sino de una política monetaria y fiscal razonada, basada en la prudencia, frugalidad y conocimiento pleno de las distintas variables controlables e incontrolables, nacionales e internacionales que afectan el concierto de todas las naciones, una más que a otras.
Lo dicho lo asevera, lo confirma y lo sostiene la Dirección del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), la cual expresa su disposición en seguir colaborando con el proceso de recuperación económica dominicana.
Al mismo tiempo elogió la labor del Banco Central de la República Dominicana en el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica dominicana, destacando la facilidad con que la nación dominicana accede a los mercados de capitales y saluda la buena voluntad de las nuevas autoridades gubernamentales de avanzar en los pactos fiscales y eléctricos.
Actuación monetaria y fiscal que hacen frente a los efectos económicos de la pandemia y crea credibilidad en los mercados internacionales al llevar la actividad económica mensual de -29.8% durante el peor mes de la pandemia a -1.00% en el mes de diciembre 2020.
El indicado Departamento del FMI destaca que las Reservas Internacionales del Banco Central se han fortalecido de forma sostenida superando el 15% del PIB, al cubrir 8 meses de importaciones cuando lo que se establece como estable es 3 meses de importaciones, métrica recomendada por el propio FMI.
Asimismo, el señalado Departamento del indicado Organismo Internacional prevé que si se avanza con el plan de vacunación y la recuperación gradual del turismo la economía registrará un crecimiento entre un 5.5% y un 6% del PIB.
Con ese propósito tanto las autoridades monetarias y fiscales como las autoridades gubernamentales ponen el mayor empeño en que la situación económica y sanitaria vaya en franca mejoría para alcanzar las metas y objetivos propuestos este año con miras en proporcionarles mejor vida a los dominicanos.
En ese sentido, las autoridades pasan continuamente balance del entorno nacional e internacional con miras a evitar cualquier sorpresa o algún evento económico y financiero sorpresivo.
No obstante, el duro golpe que ha sufrido la economía dominicana, por los efectos negativos provocados por la pandemia, el país no ha tenido que financiar sus déficits con préstamos extraordinarios en comparación con otras naciones que han tenido que comprometer todos sus ingresos tributarios para hacer frente al pago del servicio de la deuda (amortización e intereses).
Si observamos el comportamiento y la evolución de la deuda pública dominicana la situación no es tan traumática pues la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) ronda el 56.7% en relación al PIB, esto así, ya que el Producto Interno Bruto tuvo un comportamiento en el 2020 hacia la baja.
Esto así al pasar de US$88,906.10 en 2919 millones a US$78,689.56 en 2020 para una diferencia de menos US$10,216.54 millones equivalente a un 11.49% respecto a 2019. Se sabe que a menor PIB mayor es el cociente de la relación Deuda Pública/PIB.
Conforme cifras sujetas a revisión de la Dirección de Crédito Público, al 31 de diciembre del 2020, la deuda pública externa del SPNF totalizó RD$1,784,219,483,348 equivalente a 39.0% del PIB.
Del monto total de la deuda externa, el 27.8% correspondió a deuda contratada con acreedores oficiales, de los cuales los organismos multilaterales representan el 21.4% y los bilaterales el 6.3%.
La deuda con acreedores privados conformó el 72.2% de la deuda externa al cierre del 2020, la mayoría correspondiente a bonos.
Mientras al 31 de diciembre del 2020, la deuda interna del sector público no financiero totalizó RD$808,922,600,553, equivalente al 17.7% del PIB.
La misma mostraba una composición de 78.0% en bonos del Ministerio de Hacienda (subastas y colocaciones directas), 16.4% por deuda en bonos para la Recapitalización del Banco Central, y el restante 5.7% por deuda con instituciones financieras locales.
Ahora bien ¿es divertido endeudarse?. Una persona, una empresa, una institución gubernamental planificada, conociendo el costo del dinero y el retorno que obtendrá de dicha deuda ¿le place llanamente tomar prestado graciosamente o sin necesidad?.
Si lo hace, está metiendo las finanzas en un grave problema, pero si las circunstancias así lo ameritan se impone hacerlo, con la prudencia que recomienda la administración financiera.
Este es el caso que ocupa a las actuales autoridades las cuales se ven compelidas en endeudarse para hacer frente a los déficits, fiscales, cuenta corriente y balanza de pagos, producto de las bajas recaudaciones tributarias debido a la tremenda pandemia que afecta al país y al resto del mundo.
La nación dominicana a pesar de que la pandemia ha sido inclemente con la economía esta no ha tenido un comportamiento tan calamitoso como se esperaba, pues aunque hay empresas que han tenido que cerrar definitivamente y otras no han podido incorporar todo su personal a sus operaciones cotidianas, muchas otras han sabido lidiar con actual situación y el país ha seguido adelante.
El saber vadear o sortear los vaivenes de la actual situación económica se traduce en mejoría por el buen manejo administrativo que hacen las actuales autoridades de las finanzas públicas dominicanas.
De continuar por la senda que hoy transita el país, contando siempre con que los efectos de la pandemia disminuyan y turismo se reactive, de seguro que las autoridades gubernamentales llevarán a los dominicanos a puerto seguro, donde los más necesitados dispondrán de mejor calidad de vida y la nación alcanzará los niveles de crecimiento y desarrollo económico y social que se registraban antes del Covid-19 y posiblemente mucho mayor.