Por: Dr. Virgilio Malagon Alvarez, PhD
El Ignoto, como tal, es un adjetivo que designa aquello de lo que no se tiene conocimiento, de lo que nada se sabe, o que no ha sido descubierto aún. La palabra proviene del latín, que significa DESCONOCIDO.
Su uso también abarca la designación sustantiva de un ente social que causa consternación e incertidumbre, por su accionar solapado e indescifrable.
La serie televisiva ¨Criminal Minds¨ de la cadena CBS, ha hecho famoso este adjetivo a través de numerosos episodios donde se refleja el expertice de sus protagonistas en el campo del análisis de los perfiles de conducta de los Ignotos o criminales compulsivos.
En el caso que nos ocupa, el Coronavirus ha actuado como un verdadero Ignoto por sus orígenes inciertos, un desarrollo genético muy singular y un reto a las economías del mundo moderno.
Los orígenes de esta pandemia ha sido estigmatizado en los ámbitos geopolíticos, con teorías conspirativas de todo género. Además, se han potencializado los enfoques geopolíticos virulentos de corte propagandístico e insulsos.
Aunque las coordenadas de su origen convergen en china, no ha quedado muy claro la procedencia de la tecnología que lo desarrollo y dispersó.
Otro factor que coloca al Coronavirus en la demarcación de un Ignoto es el hecho de que su propagación también adolece de una definición dinámica del accionar de loa vectores de contagio y propagación. Unos dicen que es aeróbico, otros dicen que es por contacto, unos lo ubican en la tecnología 5G, etc.
En lo referente a sus variantes, ya vamos por la Ómicron, que bien podía ser un acrónimo de la letra griega Omega; el fin de una acción determinada.
Lo que si está muy debidamente documentado es el impacto contundente que este virus ha ocasionado en las economías mundiales.
Desde contracciones en el comercio internacional hasta expansiones de emisión monetaria insostenibles, las economías mundiales ya no saben cómo reiniciarse al filo, de un posible final, de esta pandemia.
Este virus, demostró su implacable fuerza al hacer colapsar los sistemas de salud y educación de casi todos los países.
NADIE estaba preparado para enfrentar y afrontar al coronavirus. Un verdadero Ignoto de nuestros tiempos.
Obviamente, este desconocimiento originó medidas sanitarias improvisadas, de sobrecompra de vacunas, mascarillas y otras vituallas clínicas.
Sin embargo, dentro de este marco caótico, SI hubo beneficiarios fiduciarios que se aprovecharon de las urgencias inducidas, para servirse con la cuchara grande, a través de contratos leoninos, manipulaciones geopolíticas, prácticas mercantilistas de suministros y, claro está, un colapso del sistema de cabotaje marítimo mundial.
Lo anterior, creó un sistema improvisado de salvataje económico que hoy todavía nos indica que tardará mucho tiempo en recuperar esos recursos otorgados inusitadamente.
Muchos apuestan al paradigma del Alfa y Omega del Ómicron, para cerrar esa caja de Pandora, del Ignoto.
Sin embargo, el manejo firme y decisivo ante la industria farmacéutica (Big Farma), será la piedra angular y conminatoria para dejar atrás todos estos abusos cometidos por estas, al amparo de un Ignoto, que ha dejado su huella en nuestras sociedades y sus instituciones, educativas, de salud, seguridad ciudadana, seguridad alimentaria, estabilidad financiera y, por qué no, en el ámbito político también.