Por: Felix Santana Garcia
Mientras las actuales autoridades gubernamentales se constituían a través del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en la principal fuerza política de oposición hace apenas menos de sesenta días todo lo que esta organización política publicaba en lo atinente a la mala gestión del gobierno pasado se consideraba pura o simple especulación.
Una vez el PRM encabezado por el señor Luis Rodolfo Abinader Corona asumió la administración del Estado a partir del recién pasado 16 de agosto de 2020, solo bastaron unos días para comprobar todo lo que se denunciaba a la opinión pública acerca de los desmanes que se cometieron durante la administración del Partido de la Liberación Dominicana en el poder.
No se duda de que la pandemia Covid-19 haya sido un factor que ha incidido de manera sensible en el debilitamiento de la salud, la sociedad y la economía pero debido al mal manejo administrativo del Estado Dominicano por parte de los peledeistas contribuyó para que la maltrecha situación que hoy vive el pueblo dominicano se agudizara más.
Ante esa situación las autoridades gubernamentales que hoy administran la cosa pública se han visto compelidas en actuar rauda y veloz en aplicar el antídoto o paliativo que ponga coto a la explosiva situación económica y financiera que vive la nación dominicana.
Para ello las autoridades gubernamentales de turno tuvieron después de asumir el mandato otorgado por el pueblo dominicano de administrar el Estado, formular un presupuesto complementario ya que las pasadas autoridades no presupuestaron los fondos necesarios para hacerle frente a la situación económica y financiera hasta el mes de diciembre del presente año 2020.
Y para cumplir con la ley orgánica de presupuesto No. 423-06 de entregar el Presupuesto General del Estado para el año 2021 el 1ero de octubre del cursante año han tenido que hacer de tripa corazón un presupuesto de más de un billón de pesos casi a la carrera.
Para estructurar el mismo se ha tenido que poner a trabajar la imaginación humana por encima de lo normal para identificar fuentes de financiamiento de los altos gastos provocados por la falta de reservas encontradas, al despilfarro de recursos que dejó la pasada administración y debido a los efectos de la pandemia.
Fue toda una fiesta de gastos de forma inusitada, que ojos y oídos humanos han podido comprobar y que las nuevas autoridades han comenzado a desmontar, como también se desmonta la camarilla corrupta encontrada y que más temprano que tarde enfrentará la justicia divina como la humana.
Ante tales desmanes las actuales autoridades debido a la desesperación de la población y por el interés de poder ayudar a sostener los sectores marginados o del ciudadano de a pie recurrió a incluir en el Presupuesto General del Estado 2021 odiosos impuestos nunca antes aplicados con tal de cubrir los gastos excesivos que hoy se hacen y se tendrán que hacer en el 2021 ya que las arcas del Estado fueron encontradas casi vacías.
Lo anterior dio origen al rechazo de la población no obstante a que las recaudaciones sugeridas en el nuevo presupuesto 2021 iban dirigidas a financiar los gastos sociales a favor de la población pobre que merece mejor suerte.
El robo, el dispendio, la corrupción, la prevaricación, el tráfico de influencia, entre otras acciones reñidas con las leyes y la constitución eran el plato de cada día en el gobierno de las pasadas autoridades.
Demás está decir que una vez en los cargos los nuevos funcionarios han tenido que hacer malabares para cubrir los gastos operacionales de sus instituciones.
Los presupuestos de casi todas las dependencias del Estado se encontraron agotados, obligando a muchos de los actuales incumbentes a solicitar ayudas extraordinarias a la Dirección General de Presupuesto mediante cuotas especiales de los exiguos recursos que hoy ingresan al erario.
Los reclamos o quejas de algunos sectores de la sociedad dominicana por las nuevas fuentes de recaudaciones el presidente Luis Rodolfo Abinader Corona compareció ante la población dominicana dando a conocer la situación de calamidad en la que había encontrado la economía dominicana y lo que ha tenido que hacer en menos de 60 días de gobierno para repartir los escasos recursos.
Es penoso decir que durante la bonanza económica de años anteriores las pasadas autoridades concertaban nuevos empréstitos sin que la economía dominicana los requiriera solo por el hecho de seguir gastando indiscriminadamente y así mantenerse en el poder a como diera lugar.
Hoy la población se debate entre los pocos recursos que se disponen a pesar de que la mayor parte de los contribuyentes cumplieron con su deber y con las leyes al pagar sus impuestos oportunamente, los cuales fueron erosionados por el gasto alegre, el desvío y la corrupción que imperaba.
Se sabe que en tiempo de crisis el gasto operacional y social debe ser más abundante a los fines de estimular la economía. El gasto de calidad, eficiente, no el dispendio.
Es penoso decir que entre los gastos excesivos que las nuevas autoridades han encontrado en sus respectivas instituciones se encuentran: gastos de fiestas, asignaciones de combustibles, gastos telefónicos, vehículos asignados a empleados sin que sus funciones lo ameritan, sobresueldos, nóminas parasitarias, doble horario de trabajo sin que las actividades laborales así lo requirieron, uso indiscriminado de los equipos eléctricos, facturas altísimas de energía eléctrica, entre otros.
Así no se puede administrar un individuo, una familia mucho menos un país.
¿Cómo pueden rendir los exiguos recursos si a lo que no cuesta se le hace fiesta?
Es necesario que una vez los expedientes de corrupción se instrumenten debidamente y se someta a los exfuncionarios que hicieron uso indebido de los recursos del erario, estos les sean confiscados para el apoyo de los gastos que se consignarán en el Presupuesto General del Estado 2021.
La seriedad, responsabilidad y transparencia acrisolada que hoy exhibe el primer mandatario de la nación es una garantía para que los dominicanos puedan dormir tranquilos, de que las cosas cambiarán, por tanto sus contribuciones tributarias serán debidamente administradas y los gastos innecesarios serán eliminados.