Por: Ing. Diego A. Sosa
Coach, Escritor, Consultor y Conferencista
¿Y si buscamos una solución donde vivamos bien sin sacrificios de otras áreas, como la vida misma?
El ataque moderno: “¡Sal de la zona de confort!”. ¿Y si estoy cómodo en ella? Claro que lo estoy… por eso su nombre.
Pasamos un tiempo construyendo nuestra zona de confort. Una vez llegamos nos encontramos con dos grandes tendencias.
- No querer más: Acomodarnos y aferrarnos a ella.
- Querer demás: Buscar ganar más dinero… cada vez más. Lo que conlleva a abandonarla.
Sí, existe otra que mencioné y que desarrollaré más adelante. Mientras tanto veamos las dos más usadas.
No querer más: La vida cada año cuesta más. Ya sea por la inflación, por crecimiento de la familia u otros tantos factores. Amarrarnos a la zona de confort la hará cada día menos confortable. No progresar con el pasar de los meses un día nos hará sentir con falta de oxígeno… en realidad será dinero lo que no alcanzará.
Querer demás: Veo como personas, muchos o pocos, tienen el objetivo de ganar más. No existe en ellos un número, mucho menos una visión de lo que es bienestar. Más es la consigna. ¿Cuánto cuesta querer demás? Tiempo, relaciones, calidad de vida, etc. Para mí un costo muy alto.
Mi propuesta:
Si nos ponemos prioridades podríamos encontrar un punto, no intermedio, que nos haga vivir bien y cada vez mejor. Insisto, mejor no está relacionado directamente con la cantidad de dinero más que ingresemos. Llega un punto que el aumento de patrimonio no se convierte en un aumento proporcional de calidad de vida.
Armar una buena zona de confort, holgada por demás, es el primer paso. A partir de ahí debemos agrandarla, sin la necesidad de abandonarla por encontrar una nueva. ¿Cuánto dinero necesitas para vivir bien? Si lo puedes lograr: ¿Cuánto más por año sería una excelente mejoría? Claro, nada de sacrificar el tiempo, la familia, los amigos y todo lo que vale en la vida de una persona con calidad de vida.
Tener una empresa que dependa de nosotros es ser esclavo de ella. ¿Por qué algunos le dedican toda su vida a la construcción de más? Pienso que, porque no valoran lo otro, o quizá sienten que se destruirá todo si no la siguen haciendo crecer. Mientras, lo que destruyen es su calidad de vida.
Ya sé, la familia exige cada día más. No me extraña, fue la forma en que aprendieron. Pero: ¿Te arrepentirías si un día te das cuenta que no has pasado suficiente tiempo con ellos y construido una relación como pudiste haberlo hecho? Muchos en sus últimos años, o cuando saben que les queda menos tiempo, se arrepienten.
Yo quiero cada día más: Dinero, tiempo para asignar a lo que deseo, relaciones profundas… calidad de vida. Por ello no me concentro en uno solo de esos aspectos, sino en el mejor de los equilibrios… ¿Sabes tú lo que estás queriendo más?