Cuando se trata del control de la diabetes es importante considerar que las fluctuaciones constantes de los niveles de glucosa en la sangre, con el tiempo, pueden conducir a complicaciones graves de salud y un impacto en la calidad de vida[1]. Pero ¿qué significa todo esto y qué se puede hacer para ayudar a mejorar el control glucémico?
Comprender los niveles de azúcar en la sangre
Cada vez que alguien come, el alimento se descompone en partículas diminutas en el cuerpo. Tu organismo transforma los carbohidratos de los alimentos en varias moléculas, incluida la glucosa.
La glucosa es la principal fuente de energía para el organismo, pero para poder ingresar a las células de la mayoría de los tejidos requiere de la ayuda de la insulina, una hormona que secreta el páncreas. Cuando los niveles de glucosa aumentan, ciertas células del páncreas liberan insulina. Esto permite que la glucosa ingrese a las células y proporcione el combustible que estas necesitan para funcionar de manera correcta. Toda la glucosa adicional se almacena en el hígado y en los músculos en forma de glucógeno.
Si no has comido durante varias horas y tu nivel de azúcar en sangre baja, otra hormona del páncreas, llamada «glucagón», le avisa al hígado que debe descomponer el glucógeno almacenado y liberar la glucosa de vuelta al torrente sanguíneo. Esto mantiene el nivel de azúcar en sangre dentro de un límite normal hasta que vuelves a comer.
El manejo de la diabetes implica un buen control glucémico, lo que significa controlar constantemente los niveles de azúcar en sangre para asegurarse de que se encuentran dentro de los rangos objetivo. Cuando las personas no mantienen un buen control glucémico, puede causar problemas como hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre), hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre) fluctuaciones en el azúcar en la sangre, indica la Dra. Yumaira Chacón, Directora Médica en Abbott.
La hiperglucemia puede ser causada si el cuerpo no produce suficiente insulina o no la utiliza adecuadamente; se puede dar por comer de más; por hacer menos ejercicio del necesario; por estrés emocional o enfermedad. Los síntomas incluyen micción frecuente, aumento de la sed, visión borrosa o fatiga. Si no se trata, la hiperglucemia puede causar cetoacidosis, que es una afección grave que puede conducir al coma diabético.
La hipoglucemia puede ocurrir si no comes tanto como lo habitual después de tomar los medicamentos para tratar la diabetes, si haces más ejercicio del qué harías normalmente, o como consecuencia de demasiada cantidad de insulina u otros medicamentos para tratar la diabetes. Los síntomas de la hipoglucemia incluyen sudoración, palidez, temblor y mareos. Si no se trata, puede causar hipoglucemia grave que puede conducir a convulsiones, coma o incluso la muerte.
Cuando los niveles de azúcar en la sangre fluctúan constantemente puede afectar la salud y la calidad de vida. La Dra. Chacón también indica que las fluctuaciones constantes y el control glucémico deficiente también pueden conducir a complicaciones graves de salud como enfermedad renal, enfermedad ocular, úlceras de pie diabético, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.
Cómo mantener el control glucémico
Las personas con diabetes tipo 2 pueden mantener un buen control glucémico a través de factores clave como los medicamentos para la diabetes, la nutrición y la actividad física.
Un profesional de la salud puede guiar a las personas a identificar los medicamentos que funcionen mejor para cada persona. Tomar medicamentos para la diabetes según lo prescrito por un profesional de la salud puede ayudar a controlar el nivel de azúcar en sangre dentro del rango objetivo.
La actividad física puede ayudar a las personas con diabetes a controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir su riesgo de enfermedad cardíaca y neuropatía[2]. Además, estar físicamente activo puede ayudar a las personas a perder o mantener peso, dormir mejor y controlar su presión arterial.
La nutrición también es un componente clave en el manejo de la diabetes y debe adaptarse a cada individuo. Hablar con un profesional de la salud, especialista en nutrición, puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a determinar un patrón de alimentación que funcione mejor para cada persona. En general, es importante comer alimentos ricos en nutrientes, como frutas y verduras en tamaños de porción adecuados. Algunas personas también deben controlar la cantidad y el tipo de carbohidratos que consumen.
Los carbohidratos son uno de los principales nutrientes que se encuentran en los alimentos y algunas bebidas o fórmulas específicas para diabetes y tienen un impacto directo en los niveles de azúcar en la sangre. Si se tiene en cuenta el índice glucémico (IG) de los alimentos, un valor que indica la velocidad o rapidez con que un alimento puede aumentar los niveles de azúcar en sangre, puede ayudar a controlarlos. En general, los alimentos con bajo índice glucémico aumentan el azúcar en la sangre lentamente, mientras que los alimentos con alto índice glucémico aumentan el azúcar rápidamente en la sangre[3].
Algunos ejemplos de alimentos bajos en IG son la cebada, la quinoa, la avena, algunas frutas y la mayoría de los frutos secos, legumbres y frijoles. Para aquellas personas que necesitan apoyo nutricional, existen fórmulas específicas para la diabetes, las cuales pueden ayudar a controlar el azúcar en la sangre[4].
Los monitores de glucosa continuo (MGC) son nuevas herramientas que ayudan a monitorear las fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre a lo largo del día. Asimismo, la Dra. Yumaira Chacón señala que, junto con un plan de alimentación y un estilo de vida saludable, los monitores flash de glucosa pueden ser útiles para ayudar a mantener la glucosa en sangre dentro de los rangos objetivo. Los sistemas de monitoreo de glucosa continuo también pueden demostrar el impacto de ciertos alimentos y bebidas en la respuesta glucémica.
Un buen control glucémico requiere un esfuerzo concertado, pero se puede lograr a través de medicamentos para la diabetes, una buena nutrición y actividad física.