Por: Lic. Félix Santana García<[email protected]>
Economista, Profesor UniversitarioPara «El Mundo de la Política», «Dominicana Exterior», y demás Multimedios de The Ballester Media Group, Inc.
Las finanzas públicas o conjunto de reglas y normas que determinan la forma de constituir, administrar e invertir el patrimonio público requiere de especial atención, habilidades, transparencia, ética y moral en la gestión de la ciencia fiscal con miras a proporcionar el bien común o cubrir las necesidades de la colectividad de una nación.
El Estado, atiende mediante el cobro de impuestos, derechos, honorarios o contribuciones los gastos, inversiones ordinarias y las deudas. Conforme la regla general la competencia del Gobierno nacional debe nacer donde las fuerzas de los Gobiernos municipales no alcancen satisfacer las necesidades cuya responsabilidad le debe estar confiada por la naturaleza misma de las funciones.
Es menester que el Gobierno Central administre los recursos que gran parte de los mismos provienen de los impuestos y gravámenes que pagan los contribuyentes los cuales depositan su confianza en las autoridades que administran el Aparato estatal en un periodo determinado.
La administración recién pasada del Partido de la Liberación Dominicana que gobernó el país por ocho años consecutivos y anteriormente por 12 años se caracterizó a pesar de haber gobernado en un entorno nacional e internacional de bonanza o abundancia económica lo hizo con mucha deficiencia en el plano financiero.
Esto así, ya que no obstante manejar abundantes recursos nacionales e internacionales estos fueron dilapidados, despilfarrados en canonjías, nóminas supernumerarias o parasitarias, en favores o clientelismos políticos los que dieron lugar a que se formularán y ejecutarán presupuestos deficitarios llevando al país a endeudarse continuamente para financiar dichos faltantes con préstamos y emisiones de bonos o deudas los cuales fueron mal gastados y mal invertidos ya que con tales recursos extras solo se empeñaban en cubrir intereses y amortizaciones y hacer uso indebido de los mismos.
Ante dichas malas gestiones de gobierno al no poder exhibir una efectiva y eficiente gestión financiera, las nuevas autoridades que a partir del pasado 16 de agosto del presente año 2020 administran el Estado dominicano han comprobado lo que tanto les enrostraban a las pasadas autoridades respecto su mala práctica en el mal manejo de las finanzas públicas.
Entre tantas malas prácticas financieras no obstante el haber manejado más recursos que pasadas administraciones en la era republicana, se resaltan el no cumplir con la Ley No 167-07 de Recapitalización del Banco Central, la cual establece transferir por parte del Gobierno los recursos necesarios para recapitalizar la indicada entidad emisora.
Asimismo, el no honrar las obligaciones que tiene el Gobierno Central ante el Banco Central de la República Dominicana por concepto de los déficits recurrentes que presenta periódicamente dicha entidad, la cual al 31 de octubre del presente año la cuenta por recibir de la señalada institución monetaria asciende a la friolera suma de RD$512,682 millones equivalentes a casi un 16% del Producto Interno Bruto (PIB) ajustado, que conforme el artículo No. 16 letra e) de la Ley Monetaria y Financiera No. 183-02, así lo establece.
De igual manera, compromisos de carácter interno por concepto de deuda administrativa por más de RD$35 mil millones y deudas avaladas por el Gobierno dominicano por casi RD$46 mil millones, deudas ante contratistas del Estado entre otras.
Asimismo, los montos de gastos exorbitantes ejecutados pero no presupuestados y otras obligaciones que al final del presente período las presentes autoridades fiscales deberán regularizar en el actual Presupuesto General del Estado.
Ante tantos malos procedimientos de la gestión financiera pública como por la corrupción y derroches de los recursos del erario, hoy las nuevas autoridades se empeñan en poner las cosas no obstante no ser responsables de tantas acciones irregulares cometidas en el pasado reciente, dan el enfrente o la cara solo por el hecho de honrar el concepto de la continuidad del Estado.
Además de dichos errores, irregularidades, desmanes, corrupción, malas prácticas de gestión financiera, el actual Gobierno enfrenta con valentía el enemigo invisible o Covid-19 que a pesar de que ha llevado a la República Dominicana y el resto del mundo a enfrentar parálisis en la economía, crisis de salubridad y social, el señor Luis Rodolfo Abinader Corona, presidente de la nación dominicana encabeza jornadas tras jornadas en las distintas demarcaciones dominicanas con el propósito de reactivar la economía y mejorar el clima sostenible.
Sin dichos propósitos el presidente Abinader afirma que la economía no se recuperaría identificando dichos pilares como sus máximas prioridades.
Además agrega que no puede haber reactivación económica sin inversiones, pero no puede haber inversiones si no se propicia un clima de sostenibilidad a largo plazo
Definitivamente para el logro de dichos objetivos y pilares, entre aspectos legales, se deben poner en orden las finanzas públicas dominicanas, tal como tratan las actuales autoridades fiscales a través del Ministerio de Hacienda y sus dependencias: Dirección General de Contabilidad Gubernamental, Tesorería General de la República, Dirección General de Crédito Público y la Dirección General de Presupuesto las cuales conforman el Sistema de Administración Financiera del Estado (SIAFE), Ley No. 5-07.