Por Félix Santana García
A raíz de la gran crisis financiera e hipotecaria de los Estados Unidos de 2008 mejor conocida como la Crisis Suprime, la cual se caracterizó fundamentalmente por el otorgamiento de créditos bancarios alegres agudizó las principales aristas de esta crisis que llevaron a muchos intermediarios financieros a la quiebra o a la ruina total.
Así también, dicha crisis debilitó a muchas empresas del sector privado viéndose las autoridades monetarias y financieras de dicho país a facilitar créditos de última instancia o comprar deudas o bonos emitidos por muchas instituciones para evitar su colapso financiero.
Rescate que llegó a su fin hace más de un año mediante el plan del Federal Reserve Bank of New York o Banco Central de los Estados Unidos (Fed) de suprimir paulatinamente la compra de dichos instrumentos de deuda a largo plazo e ir desmontando dichos compromisos ante los intermediarios financieros y empresas privadas.
Lo propio hicieron muchos países de la Zona Euro los cuales implementaron el mismo plan que ha llevado a cabo los Estados Unidos para disminuir o eliminar de cuajo dicho rescate financiero.
Se debatió exhaustivamente hasta comprobarse que la poca regulación más que la supervisión de las entidades financieras por parte de los entes del Estado Norteamericano llamados a controlar el crédito que se otorgara a terceros dieron lugar a que se otorgaran olímpicamente préstamos a personas y entidades que no reunían las cualidades para ser objeto de créditos.
Al extremo que la mayor parte de los créditos se otorgaban a personas que no poseían bienes que pudiesen servir de garantías de dichos préstamos así como también a personas que no estaban trabajando ni poseían garantes solidarios que pudiesen responder por sus deudas en el momento que así se requiriera.
A dos años de la conocida secuelas que dicha crisis produjo que al día de hoy aún se sienten en el mundo como: altos desempleos, recesiones, bajas o ningunas utilidades de empresas que se vieron sometidas a los efectos de la referida crisis suprime, entre otros males, se aprobó en el año 2010 la Ley Dobb-Frank cuando Estados Unidos todavía estaba bajo el shock de la nacionalización parcial de los bancos llevada a cabo por George W. Bush.
Dicha Ley de Reforma de Wall Street y Protección al consumidor Dobb-Frank, la cual fue promulgada por el Presidente Barak Obama en fecha 21 de julio de 2010 promueve fundamentalmente la estabilidad financiera de los Estados Unidos a través de medidas que proporcionen transparencia y estabilidad en el sistema financiero.
También divide las funciones de los bancos comerciales y los bancos de inversión, Monitorea las prácticas bancarias y las instituciones financieras en crisis para: eliminar los problemas derivados de entidades demasiado grandes en quiebra (too big to fail), Proteger a los contribuyentes Estadounidenses de los costes de rescate de entidades financieras.
Así también, Proteger a los Consumidores de las prácticas abusivas en créditos, préstamos e hipotecas. Iniciativas que propusieron el representante de la cámara Barney Frank y el presidente del comité del sector bancario del senado, el senador Chris Dodd.
Esa Ley se considera como la más agresiva desde la Gran Depresión de 1929, para regular el sistema bancario de los EE.UU. y con ello evitar casos como la quiebra de Lehman Brothers, cuarto banco de inversión más grande de Estados Unidos antes de la crisis suprime (tras Goldman Sachs, Morgan Stanley y Merril Linch) tenía 680 mil millones de dólares estadounidenses en activos y evitar la burbuja hipotecaria.
Pese a los buenos resultados de fortalecimiento que esta ley ha proporcionado al sistema financiero norteamericano el señor Donald Trump se empecina en reformar la misma.
La propuesta realiza cambios a la Ley de Reforma de la Bolsa de Valores y Protección del Consumidor Dodd-Frank de 2010, que estableció los reglamentos de operación de la bolsa de valores y la banca y creó la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor, en respuesta a la crisis financiera que casi quebró a la nación y a la economía global.
Si esta propuesta de modificación es aprobada se estima que incrementará el déficit federal en 671 millones de dólares entre los años 2018 y 2027, e incrementará la probabilidad de una nueva crisis financiera.
El Centro Para Préstamos Responsables (CRL, por sus siglas en inglés) demuestra que la propuesta abre la puerta a nuevos abusos hipotecarios, desmantelando el estándar comúnmente conocido como “Capacidad de Repago” y eliminando requisitos sobre la recolección y reporte de datos en los préstamos hipotecarios otorgados por instituciones financieras de cierto tamaño que ayuda a identificar la discriminación racial y étnica.
Se sabe que esta iniciativa del señor Donald Trump no afecta directamente al sistema financiero dominicano y mundial pero una desregulación y una disminución de la supervisión bancaria de ese país traería un aumento del riesgo de caer en una crisis sistémica que daría al traste con los logros alcanzados hasta ahora en materia de confianza y seguridad en las transacciones bancarias de esa gran nación la cual repercutiría en las demás naciones.
Mientras esto sucede en los Estados Unidos de Norteamérica, en la Zona Euro liderada por Alemania se busca fortalecer la supervisión y la regulación bancaria con el propósito de evitar que se repitan los días y años aciagos que trajeron muchas penumbras sobre la situación económica y financiera de los países europeos.
Con la aprobación del Código Monetario y Financiero Ley No. 183-02, sus reglamentos, normas prudenciales y el cumplimiento de los acuerdos de Basilea I, II y III la República Dominicana ha logrado fortalecer su sistema financiero.
Esto así al alcanzar una solvencia de un 17% siete puntos por encima del establecido por las normas de un 10%, una liquidez envidiable y un capital que permite hacer frente a las incertidumbres inmediatas pero el hecho de que el Gobierno Norteamericano propugne por debilitar el sistema de regulación financiera de ese país podría exportar tales iniciativas a otros países que podrían crear una nueva crisis bancaria.
Se espera que prevalezca el buen juicio entre los congresistas republicanos y demócratas proponentes de tales modificaciones a la Ley Dodd-Frank.
No es un secreto que entre las metas y los logros existe un puente con columnas de: disciplina, planificación y control, de lo contrario se caería en la incertidumbre total.