Por: Lic. Félix Santana García
El tema obligado en las áreas económica y financiera por la importancia de la salud financiera de la nación dominicana o por el interés del gobierno en tratar de desviar la atención de los dominicanos mediante los problemas migratorios, la corrupción, impunidad, el soborno y sobrevaluación de obras por la empresa brasileña ODEBRECHT, es el relativo a la política fiscal.
Esto así dada la significación que tiene la economía para los seres humanos de ahí que el tema se hace recurrente ya que lo económico determina lo político pues sin salud económica-financiera se hace cuesta arriba el mantener la estabilidad de una nación y por ende el funcionamiento expedito de un gobierno.
Dadas las continuas críticas a los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el poder acentuadas en la actual gestión de gobierno en vista de su mala gestión en el manejo de las finanzas, caracterizadas por un alto gasto superfluo, un endeudamiento galopante y una obsoleta y burocrática administración tributaria.
Inquietudes manifestadas por algunos técnicos calificados del gobierno del área económica y financiera a sabiendas de conocer dónde está el meollo de los problemas que afectan las finanzas públicas dominicanas se despachan continuamente en diferentes foros proponiendo que se realicen los correctivos de lugar para enderezar el camino equivocado por el que transitan las fianzas del país.
Algunos proponen aumentar la disminuida presión tributaria mediante el cobro más eficiente del Impuesto a las Transferencias de Bienes y Servicios (ITBIS) de un 27% a un 60% para el 2020, que se incremente el impuesto sobre la renta recaudado a la persona jurídica de 41% a 50%, revisar las exenciones y las leyes de incentivos a los fines de mejorar los ingresos y eficientizar los gastos.
Lo anterior a la luz de una reforma fiscal integral que tenga como objetivo fundamental la disminución del déficit fiscal de 2.3% a un 2.2% del Producto Interno Bruto (PIB) al año 2020 y por ende bajar el endeudamiento.
Para tales fines el gobierno concertó un acuerdo de préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por unos US$50 millones con lo que busca implementar mejoras operativas y administrativas para maximizar los ingresos y hacer más eficiente la asignación del gasto.
Lo asombroso de todo ello es el hecho de que se manose una y otra vez el tema pero no se hace nada en la práctica para buscarle solución al problema de los ingresos y gastos mediante el cual muchos se benefician del actual estado de cosas ya que no existen reglas y leyes y si se tienen estas no son respetadas.
Impera siempre el dilema de si el problema son los ingresos o el problema son los gastos pero todos los técnicos y políticos conocen donde está el problema pero no se hace lo suficiente para enmendar las debilidades que presenta la política fiscal de la nación dominicana.
No es un secreto que muchos dominicanos se cantan y se lloran al mismo tiempo, pero cuando se habla de innovar o aplicar nuevos paradigmas o nuevos modelos como es natural estos presentan objeciones ya que el humano presenta resistencia a los cambios que se deben ejecutar.
Continuarán pasando por la administración pública unos que otros funcionarios y las instituciones se mantendrán pero hasta que no se corrijan los escapes, el derroche, los gastos parasitarios, se ponga fin a la corrupción y se castigue la impunidad no se podrá decir que existe un propósito serio y con criterio para resolver el problema del creciente déficit fiscal pués mientras esta situación favorezca a las autoridades de turno en cuanto a mantenerse a como dé lugar en el poder duela a quien le duela no importa que los déficits se incrementen.
Son muchos los gastos innecesarios que se erogan, son muchos los escapes, es mucho el robo, son muchas las sobrevaloraciones pero muchos se encubren y todo queda solucionado.
Se podrán tener en carpeta buenos planes, excelentes proyectos de gestión fiscal pero hasta tanto no haya interés, fuerza de voluntad o deseo de hacer las cosas bien apegado a la moral y la ética la situación financiera deficiente seguirá manga por hombro sin que se conozca cual sería el punto de inflexión que le pondría un stop al actual estado de cosas.
No más toma de pelo, distracciones o burla pues se sabe dónde está la piedra angular que enderece la preocupante situación financiera de la nación dominicana pues de lo contrario seguirán escuchándose las fórmulas mágicas y los buenos deseos para ponerle coto al asunto pero sin ningún resultado ya que muchos les beneficia vivir del caos, del desorden, del apañamiento sin consecuencia alguna.