Por Félix Santana García
Cada día se anuncia la llegada del lobo feroz representado por las consecuencias negativas de la deuda pública de la nación dominicana y nunca acaba de llegar, es lo que suelen decir los aficionados a endeudarse sin temor de que un día aparezca el verdadero lobo traducido en incumplimientos del pago del servicio de los compromisos financieros contraídos nacionales e internacionales y su consabida crisis financiera.
Se ha hablado tanto del mismo tema que ya las personas comienzan a perder credibilidad acerca de los aspectos negativos que el alto endeudamiento podría acarearle a la República Dominicana.
Tanto es así que hay personas y familias enteras que han copiado del proceder de las autoridades gubernamentales en relación a no temer a endeudarse hasta la coronita sin que estas hayan sido condenadas a pasarse unos días por no decir años en una cárcel del sistema carcelario dominicano.
Se han visto embargos de los bienes muebles e inmuebles de los prestatarios o deudores de medianas y altas sumas de dinero pero al final vuelven como si fuese una patología el tomar dinero prestado sin que se midan las consecuencias.
Si diría que actualmente se vive en un régimen sin consecuencias donde todo el mundo puede hacer y deshacer y nada pasa. Se ha perdido el respeto, la consideración, la moral y hasta la ética.
No importa que se deba mucho o poco dinero si al final alguien viene en auxilio de la persona o gobierno que de forma irresponsable se ha endeudado.
Desde el punto de vista de las personas que deben y no pagan después de agotar todos los trámites para cobrársele el dinero que adeudan lo único que le queda al prestamista es conformarse con las promesas de pagos futuros o llevar la deuda en atraso a cuentas incobrables haciéndole frente con las previsiones o reservas para cuentas malas que se hayan hecho o mediante un alto capital acumulado para poder continuar operando en el mercado.
Lo mismo sucede respecto a los países altamente endeudados que al caer en default o en atrasos siempre son auxiliados por otros países para evitar que el sistema financiero internacional sufra resquebrajamiento que afectaría al mundo entero.
Asimismo se considera que los países con sus gobiernos son inconmensurables en cuanto a elaborar instrumentos creativos para cobrar nuevos impuestos que les permita realizar el pago del servicio de la deuda y honrar las aplicaciones financieras (pago de capital).
Se sabe que el no pagar los compromisos u obligaciones financieras ante terceros los gobiernos y sus países podrían enfrentarse al descrédito y la falta de confianza para recibir de forma expedita la ayuda financiera que se requiere en el acto para evitar así un colapso en sus economías.
Muchos dirán que hasta ahora no se ha visto ningún país desaparecer de la faz de la tierra por el hecho de no haber honrado sus compromisos financieros.
Estos, si han tenido problemas internos para garantizarles mejor vida a sus ciudadanos y alcanzar un mayor nivel de desarrollo, pero de que hayan desaparecidos de la tierra no se registran casos.
Todo lo anterior viene al tema en cuestión debido a que la semana recién pasada algunos medios informativos han traído la noticia de que la deuda del Sector Público no Financiero (SPNF) sube a 39.1% en relación a toda la riqueza que producirá el país en el año 2017 (PIB), hasta ahora el nivel más alto de los últimos 25 años y el servicio de la deuda (pago de intereses) alcanza ya un 14% en tan solo un año y se calcula que la deuda consolidada llega a 54.2% del PIB.
Esa tendencia causa entre los entendidos en finanzas mucha preocupación y estrés al país debido a la insostenibilidad de las finanzas públicas lo que llevaría a la República Dominicana a postergar el desarrollo de sus proyectos de crecimiento y desarrollo económicos.
¿Porque el país se apalanca? por el hecho de que sus gastos son mayores que sus ingresos por lo que para financiar su presupuesto tenga que requerir de mayores ingresos que compensen sus déficits.
La situación verdaderamente es de cuidados intensivos pues no se vislumbra que las autoridades estén haciendo mucho para contener esta carrera creciente de los compromisos de deuda.
El ratio deuda respecto al PIB es muy significativo y se corre el riesgo de que el país entre en una situación insostenible. Se ha analizado el gasto del que se colige que este ha ido en aumento año tras año por el encima de la presión fiscal lo que descarta la idea de que los déficits tengan sus orígenes por el lado de los ingresos sino por el lado de los gastos.
Siempre se ha dicho que el problema no son los ingresos sino los gastos pero no se presta atención a los análisis y se continúa tomando prestado como si fuese un barril sin fondo.
Lo triste de ello es que cuando se trata de disminuir los gastos públicos los que se disminuyen son los relativos a crear nuevos activos o los gastos de capital lo que perjudica al país ya que no se está haciendo nada para aumentar la creación de nuevas riquezas.
Para muestra solo basta un botón, pues recientemente la prensa informa de los casos de las tantas y tantas nominas parasitarias tales los casos del Ministerio de Educación y el Ministerio de Relaciones Exteriores y aún hay más casos no debelados.
Además de las nóminas parasitarias se tiene la doble función o duplicidades de organismos que realizan las mismas actividades e instituciones que no tienen razón de existir.
Como no se aplica voluntad política para poner alto a la hemorragia de gastos innecesarios solo resta decir que siga el entierro pues pronto al campo santo se llegará.