Por Félix Santana García
Debido a la incertidumbre geopolítica que vive el mundo los tenedores de capitales se mantienen a la expectativa del giro que pueda tomar a nivel internacional la situación económica y financiera a los fines de preservar el valor del dinero a través del tiempo.
Es costumbre que las personas, empresas y estados que hayan acumulado riquezas por la vía que sea y más cuando se han empleado a fondo mediante mucho esfuerzo para lograr tal objetivo que traten de mantener el poder adquisitivo o poder de compra de dicho dinero.
En ese sentido no es sorprendente que los inversores den seguimiento al comportamiento económico y financiero que a diario se sucede en los mercados de: dinero, divisas y capitales, con el propósito de mudar su dinero de una empresa o de un país a otro en procura de mayor rendimiento con lo cual preservar el valor de dinero a medida que transcurre el tiempo.
El virtud de que el dinero es muy frágil ante los cambios que se originan en los diferentes mercados financieros conforme el vaivén de los acontecimientos políticos, económicos y sociales que influyen directa o indirectamente sobre los capitales, los tenedores de dichos capitales se ven en la imperiosa necesidad de buscarle continuamente refugio al dinero que lo proteja de las turbulencias que a diario se dan en el entorno local o internacional de un país.
Según publicaciones económicas mundiales factores de carácter geopolítico, pérdida de confianza en el Gobierno de Donald Trump y la incertidumbre en torno a los próximos pasos que dará el Federal Reserve Bank of New York (FED) o Banco Central de los Estados Unidos, en materia de política monetaria han originado el fenómeno conocido como el vuelo de los capitales hacia activos de refugio.
Estos capitales se mueven siguiendo estudios o evaluaciones realizadas por las agencias calificadoras de riesgo entre las más conocidas se encuentran Standard and Poor”s, Moody’s, Fitch Ratings, Feller Rate, entre otras no menos importantes, las cuales evacuan informes sobre el riesgo presente detrás de las finanzas de un país o empresas.
Los inversores y atesoradores de capitales desde el nacimiento del dinero como medio de pagos se mantienen vigilantes de los indicados cambios que se originan en los mercados financieros, los cuales desde que siente el menor riesgo importante o significativo tiende a llevarse sus capitales de un país a otro o de una empresa a otra, de ahí que se conozcan estos cambios o mudanzas brusca del dinero como capitales golondrinas.
Estas inversiones de capitales o de cartera son muy riesgosas ya que el país receptor de los indicados capitales golondrinas tienden a desequilibrar sus economías en vista de que cuando creen tener buenas reservas internacionales brutas o netas pueden afectar en cualquier momento la liquidez de sus balanzas de pagos y cambiara debido a que dichas inversiones pueden ser repatriadas cuando así lo decida el inversionista extranjero amenazado por la incertidumbre de los mercados.
Es por ello que las inversiones de capitales preferidas por un país son las conocidas como inversiones de capitales directas las cuales tiene más permanencia desde el momento que estas se realizan ya que son inversiones que van a financiar obras civiles o construcciones de hoteles u otra obras permanentes o inversiones a largo plazo las cuales no son de fácil repatriación.
Pero es natural que el dinero se mueva de un país o empresa a otra con el fin de diversificar el riesgo o aminorar el mismo en el tiempo, por ello es que en los últimos meses los inversores prefieren para invertir su dinero instrumentos que tradicionalmente son considerados como refugio, tal el caso de los metales preciosos.
Entre los más socorridos se encuentran la plata la cual registró en el mes de agosto del presente año un aumento de 3.52% mientras el oro subió 3.04%. En el mercado de deuda, compra o ventas de bonos estos experimentaron un retroceso de o.16 puntos porcentuales, específicamente los bonos del tesoro norteamericano a 10 años.
El índice VIX que mide el miedo en las inversiones financieras mostró un aumento acumulado de 9.36% a finales de agosto del presente año al cerrar en 11.22%.
Es costumbre que los inversionistas tomen posiciones en el metal como un seguro y como refugio en tiempos de crisis, pero debido a la incertidumbre imperante en los mercados internacionales como respuesta a los cambios en geopolítica y la poca confianza en el gobierno de Donald Trump tanto sube como baja el precio los metales y las divisas.
De ahí que no es sorpresa que tanto el dólar como el euro se hayan apreciado, así sucede con el yen japonés otro activo de refugio por excelencia. Mientras el petróleo como activo de refugio de capitales perdió valor al bajar su precio pues en el mes de agosto el crudo West Texas Intermediate y el Brent retrocedieron 7.52 y 3,35 por ciento, respectivamente.
Según Bloomberg Intelligence, en la actualidad los mercados se encuentran a la expectativa de la discusión en Estados Unidos del aumento del techo de la deuda y del paquete fiscal y económico, propuesto por la administración de Donald Trump lo cual puede dar lugar a nuevos cambios de la economía mundial.
Por lo que los atesoradores e inversores de capitales podrían continuar invirtiendo en oro como activo de refugio pero se cree que cualquier retroceso que experimente el precio de este metal podrá suceder por la fortaleza que alcance el dólar.
Actualmente el oro se encamina a un precio la onza troy de US$1,400.00 para principios de año 2018, pués en los últimos meses este metal ha subido un 13% de su valor.
De manera que mientras se mantenga la incertidumbre política y económica que impera en Estados Unidos el oro o metal precioso como refugio de capitales se mantendrá en ascenso sin que por ello se invierta todo el dinero en ese solo activo pues las finanzas aconsejan la diversificación de las inversiones en diferentes instrumentos o activos financieros a los fines de aminorar o controlar el riesgo que siempre está latente en la búsqueda del rendimiento financiero.