En algunos vuelos –por ejemplo en la ruta Santo Domingo-Nueva York y viceversa- es notoria la presencia de niños de todas las edades, algunos llorosos. Escuchar a un menor dando gritos mientras se está a 37 mil pies de altura, exacerba los ánimos e incrementa la tensión.
Ante ese hecho, algunas aerolíneas están tomando medidas extremas. Veamos:
Desde hace unos años un par de aerolíneas han creado zonas (de pago) libres de niños en sus cabinas. El portal de viajes Triadvisor (260 millones de visitantes únicos al mes) preguntó este año a 8.000 personas de nueve países: ¿Pagaría un extra por sentarse en una zona libre de niños en el avión? Alrededor del 20% de los europeos dijeron que. Los más anti niños, los australianos: hasta el 61% estarían dispuestos a pagar por no escuchar el jolgorio infantil.
Solo tres compañías, las tres asiáticas, ofrecen asientos sin niños. Una es una aerolínea tradicional, Malaysia Airlines –con base en Kuala Lumpur, Malasia-, que no admite bebés en primera clase desde 2011 y que en 2012 ordenó a sus agentes de viajes que no reservaran asientos a los menores de 12 años en el piso superior de sus Jumbo.
Las otras dos son low cost y comparten un enfoque semejante: por un extra, venden “tranquilidad”. AirAsia X tiene la Quiet Zone: por 25 euros más el pasajero se sienta en las filas 7 a la 14, detrás de Primera, vetadas a los menores de 12 años. Lanzada en febrero, 150.000 pasajeros han pasado por ella.
De otro lado, la bajo coste de Singapore Airlines inauguró en agosto Scoot in Silence: por 14 dólares se disfruta de uno de los 41 asientos ubicados detrás de la clase Business en los que no se pueden sentar niños y que tienen 7.5 centímetros más de espacio para las piernas. El silencio es un extra más, como la cena, las películas o el equipaje.