Santo Domingo.- Alina Abreu, directora de la escuela de ballet que se lleva su nombre, ha vuelto a darle vida a la gran Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito con la puesta en escena “La bayadera”, una de las obras más importantes y sobresalientes de ballet clásico que forma parte obligada del gran repertorio universal de las grandes compañías de ballet del mundo y que se presentó el pasado fin de semana, con un elenco de unos cien bailarines dominicanos que colocó a la danza en un primer nivel dentro de la producción de espectáculo.
Con escenas espectaculares como la destrucción del templo del último acto, hacen que La bayadera sea una de las más importantes obras del repertorio clásico que destaca no solo por ser una superproducción sino porque proporciona un lenguaje coreográfico diferente compuesto por elementos artísticos y exóticos no vistos hasta el momento que no obedecen a esquemas tradicionales de coreografía y puesta en escena conocidos dentro del ballet clásico.
La bayadera está considerada como un gran reto para toda agrupación artística de ballet, tanto para sus principales bailarines como para el cuerpo de baile en calidad de demostrar, no solo la técnica, sino también las habilidades dramáticas.
Inspirada en Sakuntala, obra maestra del siglo V, fue creada por el escritor y dramaturgo Sergei Kuschelok y el coreógrafo Marius Petipa, artífice de las más perdurables y ricas coreografías creadas exclusivamente para las obras maestras del ballet.
León Minkus, principal colaborador de Petipa, fue quien compuso su partitura musical. Aunque no exenta de conflictos sobre sus orígenes dudosos en relación a la verdadera autoría de su creación, siempre se atribuyó la misma a Kuschelok y Petipa.
Parte Técnica
La coreografía original de Marius y Lucién Petipa es montada por Alina Abreu. Vestuario, peinados y accesorios de Magalys Rodríguez, madre de Alina, quien la ha acompañado en cada montaje.
Iluminación, diseño de luces de Bienvenido Miranda y Efyciencia, de Emmanuel Ferry.
Sonido y efectos especiales de Chips Limited.
La escenografía de Fidel López, quien transportó al público a cada escenario de la época.