Santo Domingo, D.N. Con el coronavirus extendiéndose por todo el país, con cifras de contagios que superan ya las 3,200 personas y más de 180 víctimas mortales, es cada vez más evidente, sobre todo después de concluida la Semana Santa, que las medidas de salubridad adoptadas a partir del primero de marzo pasado cuando se notificó el primer caso positivo de covid-19 se están relajando y dejado de cumplir de parte del propio gobierno y convertido en “chercha” por la población.
A pesar de que los principales indicadores sobre el contagio, hospitalización y fallecimientos reflejan con claridad que la pandemia en el país aún no se estabiliza y que el pico de la curva epidemiologia todavía no se alcanza, ya estamos aflojando las medidas por la falta de rigor en su aplicación y, por el contrario, nos hemos acomodado a las insustanciales alocuciones que cada mañana brinda el ministro de salud con el propósito de tranquilizar a la población. Noticias que son cortas de visión, poco confiables y que no permiten a la población saber hacia dónde nos dirigimos en estos momentos.
En todos los países los mandatarios han asumido un rol protagónico en la conducción de la crisis del covid-19, no así en la Republica Dominicana, donde el ejecutivo ha evadido su responsabilidad asignándosela a terceros.
Como sabemos, la compra de equipos e insumos para el combate al coronavirus aún están en fase de planeación y de entrega a los principales centros de atención de la pandemia, igual sucede con las pruebas de PCR y los test rápidos para el diagnóstico de la enfermedad solicitados por el gobierno a suplidores, que en su mayoría no han llegado.
Somos un país que no cuenta con un nivel de Atención Primaria en Salud fuerte y de alcance nacional, y donde los centros de aislamiento preparados con unidades de cuidados intensivos bien habilitadas para recibir los pacientes en estado crítico y graves afectados por el covid-19, siguen siendo insuficientes y escasos.
Es en ese contexto, de amplio peligro y de vulnerabilidad para la sociedad dominicana, que la Alianza por la Democracia exige al Gobierno dominicano atender el llamado a la unidad nacional realizado por diferentes actores sociales y políticos, así como redoblar los esfuerzos para que no decaiga la vigilancia epidemiológica y la detección temprana de los casos de coronavirus con el consiguiente aislamiento y tratamiento adecuado de todos los pacientes, para lo cual es necesario hacer cumplir con rigor la última cuarentena decretada en los horarios establecidos, para toda la población y sin privilegios.
La propia población debe acogerse con esmero y conciencia al cumplimiento de todas las medidas dispuestas por las autoridades, sabiendo que el virus aún está en la fase de circulación comunitaria sin control, la más peligrosa de todo el ciclo.
Interiorizar esto es necesario para poder superar la pandemia y pasar a la próxima fase o puerta de salida.
Debemos reconocer que el diseño de la estrategia de salida aún no la tenemos y que el momento de remplazar la cuarentena no ha llegado. Para ello será necesario empoderar a la población lo suficiente y generar procesos que permitan cambios sociales permanentes en la higiene personal, el distanciamiento social y el comportamiento colectivo de la ciudadanía.
Quisiéramos creer que la falta de aplicación correcta del plan de contingencia contra el coronavirus, así como la ralentización de las medidas que han sido anunciadas por el propio Gobierno, no forman parte de un plan del Poder Ejecutivo para extender el periodo de gobierno más allá del 16 de agosto.