La vida de Hafiza en los hornos de ladrillos de Bangladesh es una historia de un antes y un después.
Hace un tiempo, ella era una de los miles de trabajadores de temporada que se desempeñaban en condiciones de extremo calor bajo chimeneas de cinco pisos de hornos de chimenea fija que arrojaban enormes cantidades de hollín y otros contaminantes, que destruían la vegetación en los alrededores.
Los albergues temporales carecían de acceso a agua potable o atención de salud local, y las familias como la de ella se mudaban en busca de otros trabajos cuando los hornos cerraban durante el periodo de los monzones..
“Antes, trabajaba esporádicamente en varios empleos a lo largo del año: en los campos, en hornos tradicionales, en obras de construcción o como asesora del hogar”, dijo Hafiza, quien es originaria del empobrecido distrito de Jamalpur. “Me pagaban poco y nunca tenía seguridad sobre el próximo trabajo o los ingresos”.
Una historia de un antes y un después
En la actualidad, Hafiza trabaja en un tipo diferente de horno de ladrillos en el marco de un proyecto apoyado por el Grupo Banco Mundial.
Se trata de una nueva tecnología que puede funcionar todo el año y emite la mitad de contaminación. Este trabajo de jornada completa significa más dinero y un hogar permanente para su familia. Con el dinero adicional que generan las menores emisiones de carbono que genera el horno se costean atenciones de salud periódicas, nuevos retretes, un comedor y otras instalaciones de mejor calidad.
“Ahora sé que tengo un trabajo todo el año y qué cantidad de dinero traeré a casa a fines de mes”, dijo Hafiza. “Los empleos en estos hornos no solo son menos agotadores, sino que, además, son más estables y permiten ganar más ingresos que antes, similares a los de los hombres”.
Múltiples beneficios
Los múltiples beneficios —menor contaminación, mejor calidad de vida, mayores oportunidades, más eficiencia en la producción— son un ejemplo del desarrollo de energía limpia que el mundo necesita para minimizar el cambio climático en las próximas décadas.
“Este proyecto es un modelo del tipo de desarrollo que es necesario para alcanzar las metas del Grupo Banco Mundial de poner fin a la pobreza extrema, aumentando la prosperidad compartida y transformando las economías y las sociedades hacia un futuro con bajo nivel de emisiones de carbono”, señaló Sandrine Boukerche, especialista del Banco Mundial en el tema de financiamiento del carbono, quien recientemente visitó Bangladesh.
La producción de ladrillos es uno de los pilares de la economía en Bangladesh, uno de los países más pobres de Asia meridional. A medida que la rápida urbanización provoca el aumento de las obras de construcción y la demanda de ladrillos, la floreciente industria emplea a trabajadores vulnerables como Hafiza en los tradicionales hornos de chimenea fija que se concentran alrededor de las zonas urbanas.
Unos 8000 hornos tradicionales emiten una cantidad estimada de 10 millones de toneladas de CO2 equivalente (tCO2e) y otros elementos contaminantes ambientales a la atmósfera cada año, provocando un impacto dañino sobre la salud, el rendimiento agrícola y el cambio climático. Los trabajadores, muchos de los cuales carecen de los zapatos o equipos de protección adecuados, ganan salarios muy bajos en duras condiciones debido a normas laborales deficientes y que raramente se cumplen.
En 2008, el proyecto sobre hornos híbridos Hoffman (HHK) en Bangladesh comenzó a preparar el terreno para tener tecnologías más limpias de fabricación de ladrillos así como mejores condiciones de vida y condiciones laborales para los trabajadores.
Nueva tecnología
La tecnología de los HHK, originalmente desarrollada en Alemania, fue importada a Bangladesh después de ser mejorada en China, y en la actualidad ha sido rediseñada para adaptarla a las condiciones del suelo, los niveles de humedad y el clima locales. Usa una mezcla de carbón pulverizado y arcilla para mejorar la calidad y la quema apropiada de los ladrillos. Además, el calor residual de los hornos se recupera y se reutiliza para secar los ladrillos húmedos antes de que entren en los hornos. Debido a estas innovaciones, los hornos híbridos Hoffman utilizan solo la mitad de la cantidad de carbón en comparación con los hornos de chimenea fija y retienen las partículas de carbón dentro del ladrillo para prevenir que se conviertan en ceniza que se transporta por el aire.
El proyecto del Grupo Banco Mundial se asoció con Industrial and Infrastructure Development Finance Company Limited (IIDFC)[MIS1] , una institución financiera privada no bancaria, para proporcionar el financiamiento y la asistencia técnica para nueve hornos de ladrillos con esta tecnología en Bangladesh