Por Mónica Mazariegos.
América Latina es la segunda región después de América del Norte donde hay mayor consumo de bebidas azucaradas como sodas, té frío, bebidas deportivas, jugos de frutas, etc. Países como Chile, Argentina, México y Brasil son los que tienen un mayor consumo de estas bebidas no solamente en la región sino a nivel mundial.
Chile es el país con mayor venta de calorías por persona por día a nivel mundial de estas bebidas, seguido por México en segundo lugar y Argentina en el cuarto. Esto debido en gran parte a que la industria de bebidas azucaradas ha impulsado y promovido campañas agresivas -especialmente dirigidas a niños y adolescentes- para promover su consumo. Datos recientes muestran que del 2010 al 2016 en Brasil, Colombia, Chile y Argentina han aumentado sustancialmente las ventas de estos productos (medidas en billones de dólares).
¿Cuál es el efecto en la salud?
Debemos considerar que no solamente es cuestión de la cantidad de azúcar y calorías que estas bebidas aportan y que la solución es “gastar las calorías para no acumularlas” sino que el consumo de estas bebidas generan respuestas fisiológicas y cambios metabólicos perjudiciales como:
1. Liberación rápida de insulina.
2. Fallo de las células β pancreáticas a largo plazo (debido a una carga glucémica alta).
3. Mayor acumulación de grasa visceral.
4. Activación de vías de inflamación.
Todos los anteriores son factores de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades que han sido asociadas con el consumo de estas bebidas -independientemente de la ganancia de peso que genera- como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
¿Qué hacer a nivel individual y qué se está haciendo a nivel poblacional?
A nivel individual es necesario realizar un esfuerzo y sustituir el consumo de estas bebidas por agua. Esta es la mejor bebida hidratante; el café y el té, también son buenas opciones, aunque debe evitarse añadirles azúcar o crema. Esto permitirá tener control del peso a largo plazo y evitar el desarrollo de los factores de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades mencionadas anteriormente.
Por otro lado, a nivel poblacional, existen varios países considerando la aplicación de impuestos a este grupo de bebidas siguiendo el ejemplo de México, donde resultados muestran que un año después de haberse implementado, las compras de estas bebidas se han reducido en promedio en un 6% (esto es equivalente a -12 mL/per cápita por día). La disminución de compra fue aún mayor en personas de estrato socioeconómico bajo donde las compras disminuyeron hasta en un 17%.
Además del impuesto, hay otras intervenciones implementadas actualmente por varios Gobiernos para desmotivar su consumo. Por ejemplo, disminuir su disponibilidad en escuelas, restricciones de mercadeo, campañas de comunicación masivas y el etiquetado nutricional.
¿Cuál es la situación en tu país? ¿Cuáles medidas se están tomando para disminuir el consumo de bebidas azucaradas? Escríbenos en la sección de comentarios abajo o mencionando a @BIDgente en Twitter.
Mónica Mazariegos es nutricionista con maestría en salud pública con énfasis en epidemiología. Actualmente, es candidata a doctora en ciencias en nutrición poblacional en el Instituto Nacional de Salud Pública de México.