El libro “No siempre el café está caliente”, del poeta dominicano Rafael Pineda, fue presentado por el sello Editorial Antítesis, en la Sala Mario Benedetti, de la Asociación General de Autores de Uruguay (Agadu).
El crítico literario Carlos Marenales y el editor Heber Benítez analizaron el contenido del libro de poemas prologado por la puertorriqueña Ivelisse Collazo, y la portada con un dibujo especialmente diseñado por la pintora dominicana Aleiny Encarnación.
Marenales dijo que Pineda ensaya unos juegos del lenguaje cuando dice en versos unas historias que acercan al lector a la realidad del mundo.
“La poética pinediana recrea a través de la palabra situaciones de vida, de destino, incertidumbre, en un libro donde los títulos de los poemas: Balada para los combatientes, Cuando dije que te quiero, Las palabras que tengo para ti, Imagen de Víctor Jara, entre otros, hablan por él”, expresó.
Agregó que “otra vez la maravilla se instala en este nuevo libro de Pineda, y en Balada de Amor en el campo de batalla lo demuestra, con una lírica de difícil definición y una semántica literaria que ha roto la tradicional imagen de la realidad extra textual, tanto en el plano del mundo que representa como en el plano de la producción y del emisor poético”.
A su vez, Hebert Benítez dijo que en la poética de Pineda se inscribe una poesía vinculada con la practica de visión social, cosa que se advierte en epígrafes explícitos como los de Daniel Viglietty y Alí Primera, los cuales son como orientadores de lectura, que van funcionando alrededor de los poemas donde se recuerdan catástrofes y se toman posicionamientos ante la experiencia.
La presidenta de la Casa del Escritor, la también poeta Lilian Hirigoyen, hizo la semblanza del autor y se refirió a los vínculos de este con la casa que dirige y con la sociedad intelectual uruguaya.
Dijo que el contenido que le transmitió la poesía de este libro fue una cosa extremadamente colorida, y a medida que fue conociendo al autor se fue dando cuenta que lleva en sí los colores del Caribe, hasta cuando se le oye hablar y decir su poesía.
“Café y caliente son dos cosas que indefectiblemente ponen en juego una cantidad de contenidos, y hay algo en lo que escribe Rafael Pineda que nos lleva al Caribe, y en su lenguaje transmite que lleva a América Latina dentro de sus huesos. Transmite la región, lo que siente, el color de la tapa, el sabor del café”, manifestó.