La pandemia de COVID-19 y las medidas para controlar la transmisión del virus interrumpió abruptamente el movimiento de personas que caracteriza a nuestro mundo interconectado. Las consecuencias son enormes para los migrantes, que dependen del trabajo lejos de sus hogares para mantenerse a sí mismos, sus familias y sus comunidades. Muchos de ellos se encuentran ahora en condiciones que los ponen en mayor riesgo de contraer la COVID-19. La pandemia también está afectando a sectores críticos como la agricultura, donde se vislumbra una escasez de mano de obra.
Como respuesta, los Gobiernos de todo el mundo han tomado medidas (PDF, en inglés) para proteger la vida y los medios de subsistencia de las personas. Sin embargo, hasta ahora, en muy pocos casos se han abordado los desafíos específicos de los migrantes y sus familias.
Asegurar que los migrantes sean incluidos en las respuestas normativas puede ayudar a proteger a este grupo particularmente vulnerable durante la crisis. Pero también implica una decisión económica inteligente: proteger a los migrantes significa reducir el riesgo de transmisión para toda la población y ayudar a mantener una fuente de trabajo que será fundamental para la recuperación de los efectos económicos provocados por la COVID-19.
¿Por qué es importante la migración para la respuesta a la pandemia?
Dato 1: La salud y los medios de subsistencia de los migrantes corren un riesgo importante por la COVID-19. Los migrantes suelen vivir y trabajar en condiciones de hacinamiento que no permiten el distanciamiento social, corriendo un mayor riesgo (i) de contraer la enfermedad. También podrían perder sus ingresos. Según estimaciones de la ONU, aproximadamente el 30 % de la fuerza laboral (PDF, en inglés) de los sectores más afectados en los países de la OCDE corresponde a trabajadores extranjeros. Los efectos negativos de la pérdida de empleo pueden ser particularmente significativos tanto para los trabajadores migrantes internos como externos, porque a menudo realizan trabajos informales y carecen de redes de protección social (i) cuando quedan sin empleo o se enferman. Por lo tanto, quedarse en casa durante el brote es un lujo que muchos trabajadores migrantes no se pueden permitir.
Dato 2: Es probable que las familias y las comunidades de origen de los migrantes enfrenten graves repercusiones económicas. La caída en los ingresos por la pérdida del empleo representará una disminución considerable en las remesas, recursos con los que cuentan numerosas familias en todo el mundo para subsistir e invertir en capital humano y emprendimientos. Por ejemplo, en un nuevo informe del Banco Mundial se prevé que las remesas a países de ingreso bajo y mediano caerán un 19,7 % en 2020. Por su parte, BBVA México proyecta una caída de un 17 % (i) en las remesas a México en 2020. Y las remesas hacia Bangladesh registraron una disminución interanual de un 13 % (i) en marzo.
Dato 3: Los principales destinos de los migrantes cerraron sus fronteras a los viajeros internacionales (gráfico 1). Como resultado, muchos migrantes que trabajan en otros lugares no pueden acceder a sus empleos (i), viajar a sus casas (i), o trasladarse para ocupar los puestos vacantes (i). La disponibilidad limitada de trabajadores migrantes estacionales representó un problema particular para los agricultores en España, Francia, Alemania, el Reino Unido (i), y Polonia (i) que tienen dificultades para contratar trabajadores para la temporada de cosecha.
¿Qué pueden hacer los países para encarar los desafíos relacionados con la migración durante la pandemia?
Tanto los países emisores como receptores pueden brindar un apoyo fundamental a los migrantes a través de mecanismos de protección social, entre ellos las redes de protección social, las políticas de conservación del empleo y las políticas de promoción del empleo. Los ajustes a las regulaciones migratorias pueden ayudar a respaldar estas políticas y programas. Hemos abordado las intervenciones en materia de remesas en otra entrada de blog.
Las redes de protección social proporcionan apoyo directo en forma de efectivo o bienes y servicios en especies para estabilizar el consumo, contrarrestar las alzas de precios y prevenir que las personas caigan en la pobreza. Los Gobiernos podrían considerar tres opciones. En primer lugar, se puede ampliar la elegibilidad para los actuales programas de redes de protección social (i) y así enfrentar los desafíos de los migrantes. En segundo lugar, los programas recientemente creados (i) en respuesta a la COVID-19 se pueden implementar sin tener en cuenta la situación migratoria de los migrantes. En tercer lugar, se pueden crear programas nuevos para ayudar a los migrantes a solucionar los distintos problemas que enfrentan. Esto incluye proporcionar exámenes y terapias (i) para detectar y tratar el virus, alimentos y alojamiento, asistencia para el transporte (en indonesio) y donaciones en efectivo (i).
Las políticas de conservación del empleo incentivan a los empleadores a mantener su fuerza laboral, ya sea mediante deducciones en las contribuciones a la seguridad social, como se está haciendo en China (PDF, en inglés), o a través de subsidios al empleo, como estamos viendo en Corea (PDF, en inglés). Estas políticas pueden abarcar a toda la fuerza laboral, pero su implementación se enfoca en evitar el desplazamiento de los trabajadores migrantes, en particular la mano de obra migrante interna.
Las políticas de promoción del empleo ayudan a las personas a encontrar trabajo y a los empleadores a encontrar trabajadores. Las regulaciones sobre los programas de migración se pueden adaptar para garantizar que se atiendan las necesidades del mercado laboral, por ejemplo prolongando las visas para los actuales trabajadores (i) y facilitando el ingreso de nuevos trabajadores (i). Los programas de búsqueda de empleo y de intermediación laboral (i), así como la asistencia para el transporte (i) pueden ayudar a los trabajadores migrantes desplazados a encontrar trabajo, especialmente para subsanar la insuficiencia de mano de obra en el mercado laboral generada por las restricciones para viajar. Esto puede requerir la incorporación de controles de salud para evitar que las personas contraigan la COVID-19.
¿Qué deben tener en cuenta los encargados de formular políticas al diseñar e implementar políticas que consideren la migración?
Los Gobiernos pueden trabajar para integrar a los migrantes en los programas existentes y asegurar que todos los grupos estén protegidos contra los efectos económicos y sanitarios de la COVID-19. Los programas deberán tener en cuenta los obstáculos que enfrentan a menudo los migrantes para acceder a los programas de protección social, tales como los requisitos de documentación y las diferencias de idioma. Será difícil identificar a los migrantes, principalmente donde no usaron canales legales, por lo que se necesitarán enfoques innovadores que incluyan la autoselección, la autoinscripción y la cooperación de las empresas de telecomunicaciones y los proveedores de servicios de remesas. Por último, en la prestación de servicios se deberán cumplir las buenas prácticas de salud pública. Por ejemplo, los programas para facilitar el empleo estacional (i) en la agricultura tendrán que incorporar exámenes de salud, pautas sobre cómo se debe realizar el trabajo y planes para responder si un trabajador migrante se enferma.