WASHINGTON.- El presidente Donald Trump agitó el mundo en 2017 con una política exterior desconcertante, caracterizada por una aparente desconfianza ante los foros y acuerdos multilaterales y una retórica belicosa hacia un puñado de países, como Corea del Norte, Irán, Venezuela y Cuba.
Trump rompió en sus primeros once meses en el poder los esquemas tradicionales de la política exterior estadounidense y los reemplazó por una mezcla de nacionalismo y militarismo que desorientó a los aliados de EEUU y envalentonó a sus rivales.
Los contornos de la doctrina de Trump fueron tomando forma a lo largo del año y dieron contenido al lema “Estados Unidos primero”, que Trump había enarbolado durante su campaña electoral.
Sus elementos principales parecen ser “la protección de las fronteras estadounidenses, la defensa de la soberanía por encima de los acuerdos multilaterales y un importante impulso a las Fuerzas Armadas”, explicó a Efe un experto en política exterior en la American University de Washington, Gordon Adams.