Aunque ahora ya estamos acostumbrados a acudir a una máquina de vending para comprar un café o un snack, estas máquinas han supuesto una verdadera revolución para el usuario que, en cualquier rincón, edificio o calle puede encontrarse ese tipo de solución para salvar el momento.
«Es el mejor ejemplo de la necesidad social volcada a la practicidad. Cuando no es viable tener una cafetería, aparece una máquina para, por ejemplo, en una universidad, proporcionar cerca de la biblioteca agua o un snack. De hecho, cada vez es más habitual que se unan dos conceptos: snack saludable y juventud. Así, estamos viendo máquinas que venden fruta u hortaliza para entrehoras en vez de patatas o chocolate» explican desde Maenfe Vending.
Historia de las vending
Aunque suene imposible, la primera máquina de vending se remonta a la Grecia clásica que se estudia en los libros de historia.
En aquella época, un ingeniero consiguió crear un invento que ofrecía agua a cambio de monedas. Un primer paso para entender que había que acercar al usuario la solución a su necesidad.
Si ya volvemos a la historia más reciente, como casi todos estos inventos y usos, Reino Unido tiene siempre o casi siempre la delantera.
En este caso, se colocó la primera máquina que vendía postales en Londres, seguida poco después de la que ofrecía libros. Una época romántica donde las haya.
El salto a Estados Unidos llegó cuando se aplicó este tipo de solución de venta a los chicles en los metros hasta principios del siglo XX, cuando ya se aplicó para la venta de comida y fue la gran revolución que acabó conquistando el resto del país expandiendo un negocio que poco mantenimiento exigía más que la recarga de producto.
De ahí a las novedades de hoy en día en las que se puede encontrar de todo, ha sido cuestión de evolución y alguna tecnología más que permita pagar con tarjeta o móvil.
¿Qué originales productos pueden venderse en este tipo de máquinas? Pues más allá de la bebida y comida tipo snack, cada vez hay más opciones. Leche recién ordeñada en zonas rurales, hortalizas de huerto o snack saludables en zonas urbanas, joyas garantizadas e incluso cachopos y carne son solo algunas ideas.
El resto, dependerá de la imaginación. ¿Quién será quien ponga materiales de papelería en una universidad o instituto? … será cuestión de tiempo.