Por Félix Santana García
El ingreso es un determinante claro de la demanda. Si el ingreso aumenta, las personas tendrán mayor posibilidad de consumir más bienes y servicios. Si el ingreso de dinero no aumenta las personas, por supuesto, consumirán menos y por lo tanto la producción se estancará desapareciendo los estímulos para que las actividades productivas y comerciales se incrementen y por ende aumente el desempleo.
Es innegable que las personas consumen más mientras más ingresos tienen generando lo que se conoce como propensión marginal o incremento del consumo.
Si a los bajos niveles de ingreso se suma una distribución desigual de este, entonces, aumentarán los niveles de pobreza.
No es una ni dos las veces que sectores diversos de la vida dominicana se han referido a que la supuesta bonanza sostenida que presenta la economía del país no se traduce en bienestar para la población ya que son muy exiguos los beneficios que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) reporta a favor de los dominicanos, específicamente para los ciudadanos de a pie o población más vulnerable.
A raíz de tal señalamiento en varias ocasiones las autoridades que dirigen la política monetaria y financiera del país han abogado para que en la nación se produzca un aumento generalizado de sueldos que mejoren las condiciones de vida de los dominicanos y coadyuve con el desarrollo y crecimiento económicos.
Pero los sectores productivos y gubernamentales se han hecho de la vista gorda y dichas recomendaciones las han pasado por alto mientras la población sigue empobreciéndose.
Da pena y deseo de llorar transitar por pueblos y ciudades donde lo que se ve son muchas personas harapientas las que apenas se introducen en la boca un solo mendrugo de pan durante todo el día.
Varios son los bonos de consumo que el gobierno dominicano otorga a los grupos más vulnerables los cuales son dirigidos con fines políticos y no a combatir las necesidades reales de los dominicanos.
Se habla de que la pobreza ha disminuido pero no en términos reales pues hoy hay más necesidades básicas entre los dominicanos.
Mayores son las protestas que a diario se escenifican en barrios, pueblos, municipios y ciudades de parte de los distintos grupos sociales que conforman la nación dominicana.
Al gobierno se le requiere el arreglo de calles, cañadas, construcción de obras de bien social y aumento de sueldos, pero el gobierno se empecina solo en realizar las famosas visitas sorpresas.
Visitas que muy poco ayudan a las grandes mayorías ya que estas se realizan o se focalizan a favor pequeños grupos que apenas se benefician de ellas pues muchos de los fondos que se les promete no les llegan oportunamente o nunca llegan.
El pasado viernes, 23 de los corrientes, el gobierno dominicano a través de su Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, se despacha diciendo que no se contempla aumento general de salario para el año 2017.
Este funcionario descartó la posibilidad de que las demandas salariales generales de los servidores públicos sean satisfechas en momento que diversos sectores reclaman de un aumento salarial y de reivindicaciones laborales.
Se arguye que el aumento no es posible debido a que hay muchos suelditos pequeños y que el realizar un aumento significaría grandes erogaciones de dinero que el sistema tributario dominicano no está en condiciones de financiar.
También se argumenta entre las razones que impiden un aumento salarial el incremento exorbitante de la deuda pública que casi sobrepasa el 50% del Producto Interno Bruto (PIB).
A pesar de que la Ley 105-13 sobre Regulación Salarial del Sector Público de la República Dominicana instruye al Ministerio de Administración Pública a garantizar la equidad salarial de los empleados públicos y asesorar a los ayuntamientos en el diseño del régimen y la escala salarial, continúan violándose las leyes del país, cayendo estas en letras muertas.
¡Caramba!, cuantas contradicciones e injusticas en lo que respecta a propiciar una mejoría en la vida de los dominicanos más vulnerables ya que mientras muchos imploran mejoría unos pocos contemplan aumentarse sus salarios.
Los argumentos esgrimidos para justificar el no aumento salarial son pocos valederos ya que no se pueden sustentar desde el punto de vista de la lógica administrativa frugal pues los ingresos se esfuman en gastos sin calidad, en gastos superfluos o vanidosos a través de nóminas parasitarias y gastos no sociales que incrementan las erogaciones del gobierno.
Ahora bien, ¿porque solo se analiza de que no puede haber un aumento salarial debido a que los ingresos son exiguos y no se analiza la situación por el lado del gasto?. Recuerdese que el problema no son los ingresos el problema son los gastos.
¿Porque no se revisa la estructura de los gastos publicos? la cual está cargada de egresos injustificables que profundizan los niveles de desigualdad imperantes en la población dominicana.
Son altos los sueldos de muchos funcionarios, son muchos los gastos de combustibles, son muchos los gastos de teléfonos móviles, son muchos los gastos en publicidad, mientras la población no es merecedora de que se le tome en cuenta aunque sea para un pírrico aumento salarial.
Lo anterior es injusto, no equitativo e insensible, las autoridades deben revisarse y preocuparse por identificar las fuentes, pero no a través de más impuestos, de dónde obtener el dinero necesario para que los más pobres reciban aunque sea un ajuste en sus ingresos.
El gobierno debe enviar un mensaje de que realmente tiene sensibilidad social y de que cuando se quiere se puede, imprimiéndole un poco de voluntad política a sus acciones gubernamentales. Lo grande es saber que se puede, todo se puede cuando hay sacrificio, solidaridad, humanismo y fe cristiana para alcanzar lo que se quiere.